Pedro Hidalgo (icomBA): "El médico no puede actuar como un Robinson Crusoe en una isla desierta"

El colectivo médico está amparado durante el proceso asistencial por un conjunto de derechos que favorecen una relación médico-paciente más justa y equitativa, pero este cojín legal es un gran desconocido para la profesión –más de un 93% de los facultativos admite tener poco o ningún conocimiento sobre sus derechos, según las encuestas. Esta es la premisa inicial que planteó el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Badajoz (icomBA), Pedro Hidalgo, al auditorio que asistió el pasado jueves a una nueva jornada de debate "Coneix i Opina", organizada por Metges de Catalunya (MC), en Barcelona. El objetivo quedó muy claro desde el primer minuto: arengar a los profesionales de la medicina a abandonar el mono de trabajo y ponerse la bata blanca para defender a ultranza los derechos que tienen por el solo hecho de ser médico.

"El médico no puede actuar como un Robinson Crusoe en una isla desierta. Está en un sistema sanitario y tiene sus derechos para poder ejercer y cumplir [de la mejor manera posible] sus obligaciones", subrayó Hidalgo. "En el lugar de trabajo, tenemos que hablar de profesión para preservar el capital conocimiento. Nos pueden engañar en el sueldo, pero no en la profesión".

Durante una hora y media, el presidente del icomBA desgranó uno a uno los derechos desconocidos por los médicos, recogidos mayoritariamente en el código deontológico, en la normativa legal vigente y en numerosas sentencias judiciales. Antes, sin embargo, se preguntó por qué era necesario publicitar estos derechos entre el colectivo. Por un lado –explicó–, porque contribuyen a delimitar la responsabilidad de los facultativos en las divergencias derivadas del acto médico, y por otro, porque, una vez identificados, son una especie de guía para los gestores sanitarios en el momento de proporcionar los medios que facilitan el ejercicio de la medicina con claridad.

Además, resaltó que los derechos médicos favorecen la buena práctica de la profesión, mejoran la relación médico-paciente y, al mismo tiempo, propician el respeto (descarriado) entre las dos partes. "Se ha apoderado al paciente, aumentando sus derechos y situándolo en el centro del sistema. En cambio, se ha laboralizado el ejercicio de la medicina y ello ha roto los roles del acto médico. Hemos pasado de la medicina paternalista a la contractual, donde el paciente toma la decisión", se lamentó.

Ante este nuevo escenario, Hidalgo dejó claro cuál debe ser la respuesta del colectivo para recuperar el terreno perdido: "Tenemos que ser médicos y no hacer de médicos". Y para ser médicos propuso "luchar por la profesión", desde la defensa del derecho a ejercer la medicina con autonomía técnica y científica, pero también desde la reivindicación del derecho al desarrollo profesional, a la formación continua, a la libre prescripción y a la preservación del prestigio profesional.

Asimismo, hizo un llamamiento a propugnar el derecho del médico al descanso, a la estabilidad en el empleo, a la percepción puntual de las retribuciones, la protección de la salud y la seguridad, y a ser tratado con corrección, consideración y respeto por sus jefes, por los propios compañeros de plantilla y por sus subordinados, sin olvidarse del derecho ineludible a la acción sindical.