Poema a Natasha
Esperança Sopena
Entramos en el camino de la esperanza
y también en el de la Ilusión,
deseábamos una niñita
que alegrara nuestro unido corazón.
Y fuimos escuchados
un ángel nos la trajo
de un país lejano
con frio y poco sol.
Con alegría la cogimos
envuelta en una bolita de algodón,
le dimos todo nuestro cariño
y ella con su expresiva sonrisa,
su paciente adaptación
demostraba estar contenta
y nos tendió sus bracitos
con gran satisfacción.
Ha pasado un tiempo
en el cual ha ido creciendo
y aun crecerá más,
en esfuerzo y voluntad
pero solo deseamos
que su viva imagen
y su sonrisa angelical
no la abandonen nunca
porque es la recompensa
que queremos: no deseamos más.
|