El secretario general de Metges de Catalunya (MC), Josep Maria Puig, se ha quejado este lunes de la falta de dotación económica de la sanidad pública catalana que tiene los presupuestos prorrogados desde 2017, cuando el Govern destinó 8.876 millones de euros en salud (999 millones menos que en 2010, antes de los recortes sanitarios). Esta situación sin precedentes tiene sus efectos sobre el sistema y uno de los más evidentes, aparte de la precarización de las condiciones laborales y asistenciales del personal facultativo, es el crecimiento de las listas de espera.
Así, las colas para ser intervenido quirúrgicamente, visitar al especialista o someterse a una prueba diagnóstica han vuelto a dispararse. Según una información publicada por el diario El País, las listas de espera sanitarias para algunos de estos procedimientos han crecido en 91.131 persones en un año. En junio de 2019 –los últimos datos disponibles en la web del CatSalut–, había un total de 812.667 pacientes en espera, mientras que en julio del pasado año eran 721.536, lo que representa un 12,6% más.
Las demoras también han aumentado, sobre todo para la mayor parte de las intervenciones quirúrgicas (a excepción de las oncológicas, de cirugía cardiaca, de prótesis de cadera y rodilla y las cataratas), así como para acceder a las consultas del especialista y a las pruebas diagnósticas.
“Este Govern no pone ni un euro sobre la mesa y el desfase presupuestario va creciendo, lo que provoca que las listas de espera vayan cada vez a más”, ha afirmado Puig. Asimismo, ha lamentado que no se aumenten las camas sociosanitarias para descongestionar los hospitales y ha reclamado más recursos. “Necesitamos menos mesas de diagnóstico y más planes a corto plazo. Menos aspavientos políticos y más trabajo de verdad", ha concluido.
Por otra parte, Puig ha señalado que el incremento de las listas de espera quirúrgicas "está por debajo de la realidad", dado que muchos pacientes que esperan para hacerse una prueba complementaria o visitar al especialista son candidatos potenciales a pasar por el quirófano. "Frenar o retrasar el diagnóstico, impide al facultativo hacer la indicación quirúrgica y, por tanto, se ralentiza el crecimiento real de la espera", ha explicado.
“No vamos bien ni iremos bien mientras la acción política se concentre en maquillar lo mejor posible los problemas, en lugar de afrontarlos con una planificación que dé voz a los profesionales y aporte los recursos necesarios", ha remachado.