Cada 19 de mayo se celebra el Día Mundial del Médico y la Médica de Familia, declarado en 2010 por la Organización Mundial de Medicina de Familia (WONCA, por sus siglas en inglés), con el objetivo de destacar las funciones que llevan a cabo estos especialistas en los sistemas de salud de todo el mundo. Este año, bajo el lema Médicos de Familia, siempre ahí para cuidar, la entidad pone en relieve la importancia de la atención continuada en todas las etapas de la vida de los pacientes de forma accesible, equitativa, sostenible y con calidad. Un año más, Metges de Catalunya (MC) se suma a la conmemoración de este día y pone en valor la tarea de los facultativos de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC).
Por otro lado, el sindicato aprovecha la efeméride para recordar el “deterioro” de la especialidad y la “situación límite” en la que se encuentran estos profesionales después de dos años de pandemia y más de una década de recortes. La situación ha comportado una falta de recursos humanos y económicos que se traducen en una sobrecarga laboral y un aumento de médicos que sufren el síndrome de burnout, pues hasta un 70% presenta síntomas.
En este sentido, los médicos de familia destacan por el poco tiempo asistencial para atender a los pacientes, la sobrecarga laboral y las “insuficientes retribuciones” como los principales obstáculos a los que deben enfrentarse para ejercer la profesión, de manera que muchos buscan irse al extranjero a trabajar –son los que más certificados piden– o cambiar de disciplina. Todo esto convierte la especialidad de MFyC en la menos solicitada por los nuevos médicos –a dos días de cerrarse el proceso de asignación de plazas MIR de este año, se han cubierto solo la mitad– y muchas se cubren por descarte.
Dejar la especialidad
“El examen MIR no me fue bien y en mi turno quedaban pocas plazas libres, así que escogí una en la que pudiera hacer un poco de todo”, explica un antiguo MFyC. Al acabar el MIR, la alta carga asistencial, los sueldos “muy bajos”, la falta de respeto y reconocimiento de su trabajo por parte de los pacientes y compañeros, y las elevadas tareas burocráticas, entre otros motivos, lo llevaron a abandonar la atención primaria en 2019. Ahora se dedica a la medicina estética en clínicas privadas: “Me siento mucho más valorado y soy más feliz, pero si se pudiera ejercer de médico de familia en buenas condiciones no dudaría en volver”.
MC recuerda que este no es ningún caso aislado, sino tan solo uno entre muchos que vienen incentivados por las consecuencias de los recortes en sanidad. Uno de similar es el de un MFyC que, después de hacer la residencia “por descarte” y obtener la especialidad, en plena pandemia decidió hacer un cambio de rumbo debido a que “las condiciones de trabajo se acercaban a la explotación laboral”. Después de hacer el examen MIR por segunda vez, pudo escoger Análisis Clínicos y actualmente es residente.
Consecuencia de los recortes
Aunque la cantidad de médicos de familia que quieren dejarlo parece haber aumentado en los últimos meses por el empeoramiento del agotamiento físico y mental de los facultativos a raíz de la COVID-19, esta es una realidad que ocurre desde el inicio de los recortes. Fue el caso de una médica que escogió la especialidad pensando que era “global y cercana”, pero de seguida se dio cuenta de que solamente en un ambiente pequeño se podía realizar la medicina que ella tenía en mente: “En Barcelona, las agendas están sobrecargadas y el burnout es generalizado, con una desidia global, así que decidí cambiar a Cirugía Ortopédica y Traumatología (COT), una especialidad medicoquirúrgica muy amplia en la que se hace un poco de todo y nunca tienes sensación de monotonía”.
Otro caso similar es el de un MFyC que actualmente es dermatólogo: “Con un número entre los 200 primeros del MIR escogí la medicina de familia por convicción de que era un mundo ideal, pero vi que cada vez es menos familiar y más individualista, informatizada y burocratizada”. En este sentido, reclama una mejora de las condiciones laborales y económicas porque, así, “habría más gente interesada en ser médico de familia, de modo que se podrían ampliar las plantillas y descongestionar las consultas”.
Mientras esto no ocurra, el sindicato alerta que el número de médicos de familia que pieza hacer un cambio laboral continuará en aumento porque son muchos lo que lo tienen en mente. Esto es lo que le ocurre a una médica que acaba de estudiar un máster de Medicina Estética porque, por la manera en la que está gestionada la especialidad de MFyC, se plantea abandonarla: “Es difícil continuar cuando ves que hay otras opciones o que puedes irte a otros países a ejercer de médico de familia y continuar honrando la profesión, pero sin el alto coste de sufrir burnout”.
Así pues, MC aprovecha el Día del Médico de Familia para recordar la “necesidad urgente” de mejorar las condiciones laborales y retributivas del colectivo, reducir la carga de trabajo, ofrecer más facilidades para la conciliación y dotar la especialidad de más recursos para mejorarla y volver a hacer atractivo su ejercicio, reduciendo así el déficit de profesionales.