
La primera presidenta de la historia de Metges de Catalunya (MC), Ana Roca, ha sido entrevista por el diario ARA. La dirigente, que accedió al cargo el pasado 4 de junio después de ocupar la vicepresidencia del sindicato desde el año 2021, ha analizado la situación del sistema público de salud y del personal facultativo que trabaja en el mismo.
Roca se ha mostrado “ilusionada” por ser la primera mujer que accede a la presidencia de la organización, pero ha añadido que “esto no tendría que ser noticia” y ha asegurado que hará todo el posible porque “esta sea la normalidad a partir de ahora”.
En cuanto al estado del sistema sanitario, Roca ha tildado la situación como “muy preocupante” y ha denunciado que la consejera de Salud, Olga Pané, no quiere escuchar los profesionales. “Hay carencias importantes a la hora de planificar y carencias muy graves a la hora de ejecutar”, ha aseverado.
Respecto a los planes de reforma anunciados por la consejería a través del Comité de Evaluación, Innovación y Reforma Operativa del Sistema de Salud (CAIROS), la presidenta de MC ha trasladado su escepticismo ante las medidas propuestas, que considera obsoletas. “Hablan de desburocratizar como si fuera la solución a todos los problemas, y no es así”, ha afirmado.
Roca ha recordado que los médicos cada vez tienen más pacientes asignados, mientras el número de profesionales va a la baja por las jubilaciones, las vacantes no cubiertas y las bajas. El déficit de facultativos agravia la sobrecarga e incrementa la incidencia del burnout entre el colectivo. “Por mucha flexibilidad que tengan para organizarse, no pueden dedicar más de 3 o 4 minutos a cada paciente. Es inaceptable”, ha denunciado.
En este sentido, ha insistido que el sistema solo es sostenible “porque los profesionales tenemos mucha vocación y priorizamos atender la ciudadanía”. Con todo, ha añadido que “esto no es infinito” y ha alertado sobre el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones. “Son jóvenes que han estudiado muchos años, han hecho una residencia muy dura y que no quieren trabajar como se trabaja ahora mismo. Si a un paciente se le tiene que dedicar media hora, lo tendrían que poder hacer, pero ahora el sistema los obliga a visitar los pacientes en cinco minutos. Y encima con la presión de ser resolutivos, que el paciente no vuelva, que no pida muchas pruebas, que no lo visiten otros especialistas y que la atención se haga con el mínimo gasto farmacéutico posible”, ha remarcado.