Metges de Catalunya (MC) sospecha que la fragmentación del Institut Català de la Salut (ICS) en diferentes empresas filiales, con autonomía de gestión y personalidad jurídica propia, servirá para eludir los mecanismos de control del gasto público, dado que los centros desagregados tendrán menos obligaciones de rendir cuentas a los órganos administrativos.
Pese a la escasa información que ha facilitado el ICS a los sindicatos sobre este proceso de fragmentación, MC teme que el sistema de salud público pierda transparencia en la gestión económica y cohesión asistencial a favor de los intereses locales de cada territorio.
El sindicato también se muestra preocupado por las condiciones laborales que tendrán los facultativos de las nuevas entidades filiales, ya que previsiblemente los nuevos contratos no tendrán que adaptarse a las convocatorias de plazas estatutarias que hasta ahora realizaba el ICS a escala general, sino que serán laborales y, por lo tanto, se consolidarán plantillas mucho más inestables y precarias.
Proyecto
El Consejo de Administración del ICS ha dado recientemente luz verde al proceso de fragmentación –o de reformulación tal como lo llaman los responsables del proyecto– para que la empresa pública de servicios sanitarios más grande de Catalunya se transforme en una organización formada por siete entidades filiales hospitalarias y aproximadamente 15 de atención primaria, con autonomía de gestión y personalidad jurídica propia.
Este proceso, que está previsto que se cierre en un periodo mínimo de cinco años, implicará que el presupuesto del ICS –2.727 millones de euros para 2012– provenga directamente del Servei Català de la Salut (CatSalut) que, mediante contratos programas, comprará actividad sanitaria a cada entidad filial, como ocurre con los centros concertados.
El Hospital Arnau de Vilanova de Lleida y los 26 equipos de atención primaria (EAP) que gestiona el ICS en las comarcas gerundenses serán los primeros centros que se transformarán en entidades filiales.