Metges de Catalunya (MC) insta a los colegios médicos a abordar el modelo de recetas públicas con el "mismo esmero" que lo han hecho con el modelo de recetas privadas, en vigor desde el pasado 21 de enero, con el objetivo de acabar con los agravios que se producen en el sistema de prescripción farmacológica entre las diferentes especialidades.
En este sentido, el sindicato reitera que los colegios, como proveedores de la certificación digital que identifica al facultativo y hace posible la receta electrónica a su nombre, deben velar por la libertad de prescripción y en igualdad de condiciones entre facultativos, ya que actualmente un médico de familia puede prescribir fármacos para un año, mientras que un especialista tiene limitado este período a 60 días.
Para MC, esta diferencia discrimina al facultativo especialista y conlleva una sobrecarga laboral para el médico de familia. "Es una situación potencialmente generadora de conflictos entre profesionales que los colegios no deberían tolerar", señala el secretario general del sindicato, Francesc Duch.
Por ello, la organización pide que se unifiquen las condiciones de prescripción y reclama a los colegios médicos que, por un lado, velen para que cada facultativo se responsabilice de su receta y, por otro, se aseguren que la firma electrónica del prescriptor es la de aquel médico que el colegio acredita, con el identificador colegial.
Ley de los medicamentos
Asimismo, solicita a la Administración que regule "de una vez por todas" la indicación, el uso y la autorización de dispensación de determinados medicamentos por el colectivo de enfermería, de acuerdo con la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos, para evitar fórmulas de delegación de competencias "poco ortodoxas" como las que aplica el Institut Català de la Salut (ICS) con los planes de gestión de la demanda o con el nuevo modelo colaborativo de la prescripción electrónica de enfermería del programa informático e-CAP.