Metges de Catalunya advierte de la ruptura del modelo de atención primaria, si el médico de familia asume la asistencia pediátrica

Metges de Catalunya (MC) advierte de la ruptura del modelo de atención primaria, si finalmente el médico de familia debe visitar a los niños ante la falta de pediatras, tal y como propone el Institut Català de la Salut (ICS).

El sindicato asegura que esta reordenación de los servicios de pediatría supondría un retroceso del sistema sanitario público, ya que se rompería uno de los principios básicos del primer nivel asistencial como es la incorporación del pediatra en los centros de atención primaria (CAP). Según MC, esta fue una apuesta del modelo sanitario catalán por la calidad y la proximidad de la atención pediátrica en contra de lo que predominaba en Europa, donde el especialista en pediatría formaba parte de la plantilla del hospital.

El plan del ICS que se podría implantar en tres o cuatro años demuestra, una vez más, la precaria planificación de los recursos humanos del Departament de Salut que sigue jubilando a los médicos a los 65 años, empeorando de esta manera la falta de especialistas.

Asi mismo, el sindicato señala que el médico de familia no tiene la misma formación que el pediatra ya que, durante su periodo de residencia, sólo realiza una rotación durante un mes por los servicios de pediatría del hospital y de atención primaria.

Como posibles vías de solución, Metges de Catalunya propone demorar voluntariamente la edad de jubilación hasta los 70 años, acelerar las convalidaciones de titulaciones de los médicos extranjeros e incrementar las plazas de formación de especialistas.

En la edición del diario La Vanguardia del pasado 18 de marzo, el gerente del ICS, Francesc José María, explica que esta reordenación sanitaria prevé agrupar a los pediatras en equipos territoriales. Estos equipos, que cubrirían varios centros de salud, no estarían en el CAP como ahora, sino en el hospital o en el centro de atención primaria especializado. Por lo tanto, el médico de familia atendería las consultas infantiles y, si fuese necesario, derivaría al paciente al pediatra. Las enfermeras pediátricas de los CAP asumirían el programa del niño sano (controles periódicos), según José María.