Un 85% de los pediatras de atención primaria que ejercen en la sanidad pública considera que no puede dedicar el tiempo suficiente a la atención de sus pacientes y un 93% asegura que no tiene establecido un límite de visitas diarias en su agenda, según una encuesta que ha realizado Metges de Catalunya (MC) a 416 profesionales de pediatría. Estos datos, que se presentaron el sábado pasado, en Barcelona, durante una jornada de trabajo conjunta organizada por el sindicato médico y la Societat Catalana de Pediatria (SCP) de la Acadèmia de Ciències Mèdicas de Catalunya, evidencian una "presión asistencial desproporcionada, que puede provocar un riesgo en la seguridad clínica del acto médico y un agotamiento inadmisible en los pediatras", aseguran las dos organizaciones.
El sondeo también revela que un 64% de los pediatras no puede organizar su agenda diaria de visitas, ya que, habitualmente, lo hace la dirección asistencial o el personal administrativo. Además, un 88% de los especialistas confirma que, en su centro, no se cubren las ausencias laborales pediátricas por falta de sustitutos y que, en la mayoría de casos (68%), es el resto de pediatras del equipo quien asume las visitas del profesional ausente.
Este déficit de pediatras en la atención primaria, motivado por la insuficiente oferta de plazas de formación MIR en pediatría y por el deterioro de las condiciones de trabajo (sobrecarga asistencial, dificultades para conciliar, retribuciones precarias) que hace poco atractiva la especialidad, provoca que alrededor del 35% de las consultas pediátricas sean atendidas por médicos de familia o de medicina general.
Ante esta precarización de la atención pediátrica, MC y la SCP han iniciado conversaciones con el Departament de Salut con el fin de implantar "medidas urgentes" que permitan disminuir las cargas de trabajo y compensar adecuadamente a los profesionales que, de manera voluntaria, asuman más pacientes, a fin de contrarrestar la escasez de recursos humanos. Así, las organizaciones profesionales reclaman incrementar los equipos de pediatría, aumentar la oferta de plazas MIR de esta especialidad, potenciar la formación del resto de personal asistencial para mejorar los circuitos de atención a los niños y redoblar la implicación de todos los actores sanitarios en los consejos de autocuidado y conocimientos de educación sanitaria en el entorno de los menores.