Los delegados de prevención y de la Junta de Personal del Hospital Josep Trueta de Girona, presidida por Metges de Catalunya (MC), han presentado una queja formal ante la dirección y la gerencia del centro, porque se sienten menospreciados, a raíz del incidente causado por la rotura de una tubería de agua que obligó a cerrar cuatro quirófanos la semana pasada. Las organizaciones sindicales denuncian que, cuando se produjo la fuga de agua que estuvo a punto de inundar una de las áreas quirúrgicas, el hospital no les informó de los hechos ocurridos, incumpliendo la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
El artículo 18 de esta norma establece que, a fin de cumplir con el deber de protección, la empresa debe adoptar las medidas adecuadas para que sus empleados reciban "todas las informaciones necesarias" en relación con los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores, así como las medidas y las actividades de protección y prevención que se pueden aplicar. "En las empresas que cuenten con representantes de los trabajadores, la información (...) debe ser facilitada por el empresario a los trabajadores mediante estos representantes", especifica la ley.
Los sindicatos se quejan de que esta no es la primera vez que el hospital no informa ante un incidente similar y acusan a la dirección y la gerencia de "obstaculizar" la función de los delegados de prevención y de Junta de Personal. Por otra parte, añaden que el episodio vivido la semana pasada evidencia la "precariedad" en el mantenimiento de las instalaciones del centro.
Fuga de agua
La madrugada del 18 de mayo, trabajadores del Trueta se dieron cuenta de que el falso techo de una de las áreas quirúrgicas del hospital estaba a punto de reventar, por la acumulación de agua originada por la rotura de una tubería. Los empleados avisaron a los técnicos de mantenimiento que hicieron ceder varias placas del techo para poder reparar la avería.
El incidente obligó al centro a suspender las intervenciones quirúrgicas programadas para ese día en los cuatro quirófanos cerrados, dos de los cuales se vieron directamente afectados por la fuga de agua y los otros dos se clausuraron por cuestiones de seguridad medioambiental.
Cuatro días después, el hospital recuperó la normalidad y reabrió las salas de operaciones cerradas. La treintena de intervenciones previstas para esos días se derivaron a otras áreas quirúrgicas del Trueta y al Hospital Santa Caterina de Salt.