El Sindicat de Metges de Catalunya (SMC-CESM) considera que la reforma de la Atención Primaria no resolverá las deficiencias que arrastra el sistema, si no se introducen factores correctores o, dicho de otra manera, si no se lleva a cabo "la reforma de la reforma".
El SMC-CESM coincide, en líneas generales, con el informe que el Síndic de Greuges de Catalunya, Anton Cañellas, ha presentado recientemente al Parlament sobre la situación de la Atención Primaria. Aun así, el sindicato no cree que la finalización de la reforma erradique los problemas que afectan negativamente la actividad del médico.
En este sentido, el secretario general del sindicato, Patricio Martínez, señala que muchos centros asistenciales ya reformados continúan padeciendo los efectos de la masificación de las consultas, del exceso de burocratización y de la limitación del tiempo por visita, causas que originaron en 1985 la puesta en marcha de la reforma.
Martínez afirma que es necesaria "una reforma de la reforma" si se quiere parar el creciente proceso de deshumanización del acto médico y si se quiere preservar la calidad asistencial que, en estos momentos, "se mantiene, principalmente, gracias a la profesionalidad y a la buena praxis médica", añade.
Por este motivo, el Sindicat de Metges de Catalunya continúa reclamando:
- Un tope de 1.500 pacientes por médico (en algunos Centros de Atención Primaria, el facultativo soporta cupos de 3.000 pacientes).
- Un tiempo mínimo de 10 minutos por visita (la media actual es de 5 minutos por visita).
- Un máximo de 25 consultas diarias por médico (en algunos Centros de Atención Primaria, se están programando hasta 60 visitas diarias por médico).
- Un aumento de la plantilla de médicos de cabecera.
- Un acceso directo a las pruebas diagnósticas complementarias con el objetivo de acortar los tiempos de los procesos patológicos.