Metges de Catalunya (MC) ha pedido a los cuatro colegios médicos catalanes que lideren un estudio deontológico, clínico y jurídico para definir los requerimientos científicos y éticos de la telemedicina, en un contexto de austeridad en que las empresas de salud recortan cada vez más las plantillas médicas y buscan estrategias para paliar este déficit de personal.
El sindicato alerta de que la implantación masiva y generalizada de estas prácticas asistenciales a distancia, como la "visita no presencial" o la "visita interconsulta", pueden alterar el acto médico, si se realizan sin ningún tipo de regulación y con el único objetivo de ahorrar recursos.
Por este motivo, también ha solicitado a los órganos colegiales que insten a las empresas sanitarias a detener este tipo de praxis, hasta que no se tengan los resultados del informe preceptivo.
Con la "visita no presencial", el facultativo desarrolla su actividad sin que el paciente esté en la consulta y, de este modo, se intentan evitar desplazamientos al centro para descongestionar, hipotéticamente, las agendas de los profesionales y las listas de espera. Lo mismo ocurre con la "visita interconsulta", en la que dos profesionales analizan a distancia la patología de un paciente, sin que éste tenga que personarse.
En ambos casos, los gestores sanitarios encuentran la excusa perfecta para poder justificar una reducción de plantilla, ya que el número de pacientes que acude a las consultas decrece. Pero el sindicato argumenta que tanto la "visita no presencial" como la "visita interconsulta" deben computarse como un acto médico más, con el correspondiente tiempo de dedicación asistencial, y no como un mero acto administrativo.
MC rebate así el razonamiento de las empresas que este tipo de visitas disminuyen las agendas de trabajo y las listas de espera y, por el contrario, asegura que incrementan la carga de trabajo de los profesionales y, por tanto, la probabilidad de errores médicos.
No obstante, el sindicato reconoce que la telemedicina representa un herramienta de progreso "muy valiosa", siempre que su uso no vulnere la buena praxis médica y no suponga un riesgo jurídico para el profesional.