El secretario general de Metges de Catalunya (MC), Francesc Duch, se muestra prudente a la hora de vincular el aumento de la tasa bruta de mortalidad (defunciones por cada 1.000 habitantes) con los recortes sanitarios, ya que considera que es “demasiado pronto” para hacer este tipo de asociaciones. Según los últimos datos publicados por el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), en el año 2012 esta tasa era del 8,4%, cinco décimas más (7,9%) que en 2010.
"Hemos tenido fenómenos así en otras épocas. Eso sí, todo hace pensar que probablemente tenga algo que ver en el incremento la crisis, pero es muy difícil atribuirlo directamente a los recortes", afirma Duch en unas declaraciones al Diari de Tarragona, donde pide tener una mayor perspectiva temporal para sacar conclusiones.
Sin embargo, no descarta que la situación económica haya incidido en el incremento de la mortalidad, como se podría deducir del aumento del número de suicidios en el Estado español, que siguen siendo la principal causa externa de los fallecimientos, con 3.539 personas muertas en 2012 –los últimos datos de que se disponen– cifra que representa un 11,3% más que el año anterior, según los cómputos del Instituto Nacional de Estadística (INE). "Está claro que la crisis repercute en la salud y puede que se note en algún registro", manifiesta.
No obstante, Duch opta por la cautela y pone el foco en un dato más sensible y vinculado a las políticas sanitarias que es la esperanza de vida en Catalunya, que en 2011 todavía mejoró con respecto al año 2010, siguiendo la tendencia de los últimos años.
Mortalidad
El último estudio del Idescat revela que las tasas de mortalidad más elevadas por ámbitos territoriales se registran en las Terres de l’Ebre (10,4%), en el Alt Pirineu y Aran (10,3%) y en las Comarcas Centrales (9,6). De las 41 comarcas, 26 superan la media catalana (8,4%), siendo el Pallars Jussà (16,3%) y el Priorat (13,9%) las que presentan los valores más altos.
El número total de defunciones en Catalunya en 2012 fue de 62.766, un 5,3% más que el año anterior. Este incremento supone, según el Idescat, una rotura de la estabilización, ya que desde 2007 las muertes anuales se mantenían alrededor de 59.000.
