La vicepresidenta y delegada de Metges de Catalunya (MC) en el Hospital de Bellvitge, Teresa Fuentelsaz, ha criticado los recortes impulsados por el Departament de Salut y ha atribuido el aumento de las listas de espera a la disminución de los recursos sanitarios, en referencia al cierre de plantas hospitalarias y de quirófanos, y al despido de personal médico.
En declaraciones a 8tv y Antena 3, Fuentelsaz ha puesto como ejemplo la situación que se vive en Bellvitge, donde la gerencia del centro ha clausurado, desde el inicio de la crisis, una unidad de cuidados intensivos, dos quirófanos por las mañanas y entre 10 y 12 quirófanos por las tardes, a pesar de tener actualmente más de 12.000 pacientes en lista de espera quirúrgica para alguna de las 65 patologías monitorizadas.
"La solución pasa por poner más recursos en sanidad. Tenemos una infradotación que se ha agravado con la crisis", ha lamentado Fuentelsaz, que ha destacado también el proceso creciente de precarización laboral que sufre la plantilla de facultativos: "Un 20% de los médicos del Hospital de Bellvitge cobra menos de 28.000 euros anuales, con unos contratos basura indignos para un país como Catalunya", ha afirmado.
Por otra parte, la vicepresidenta de MC ha reclamado al Govern revisar la relación de intervenciones quirúrgicas que tienen un tiempo máximo de espera garantizado, ya que esta se fijó de acuerdo con unas prevalencias (proporción de personas afectadas por una determinada enfermedad en relación con el número total de habitantes de una área geográfica, durante un periodo de tiempo concreto) de 2002 que Salut solo ha actualizado una vez, en 2004.
"Se habla de las 14 patologías protegidas, cuando en realidad hay más de sesenta monitorizadas, con listas de espera muy grandes para intervenciones de espalda, de hombro, de cirugía cardíaca i de cálculos renales. En concreto, el Hospital de Bellvitge está operando ahora a los enfermos de cálculos renales que entraron en la lista de espera en 2012", ha explicado.
MC ha instado recientemente al ejecutivo catalán a unificar las listas de espera en un registro único y centralizado, que incluya también las pruebas diagnósticas, para aflorar la "situación real" de las demoras e impedir la picaresca de las empresas de salud, a quien el sindicato ha acusado de "maquillar" las cifras para eludir penalizaciones económicas del Servei Català de la Salut (CatSalut) por los retrasos excesivos