La Inspección de Trabajo de Cataluña (ITC) exige al Institut Català de la Salut (ICS) que cumpla la ley de prevención de riesgos laborales y actúe ante los riesgos psicosociales y ergonómicos detectados en el programa informático de gestión asistencial de las consultas de atención primaria, conocido con el nombre de e-CAP. La resolución de la ITC es consecuencia de una denuncia efectuada por tres delegados de prevención de Metges de Catalunya (MC) que, ante la pasividad de la empresa pública a las reiteradas demandas del sindicato, trasladaron al organismo las deficiencias de diseño y funcionamiento del e-CAP, haciendo especial énfasis en la sobrecarga mental de los facultativos y en las dificultades para ofrecer una asistencia de calidad con el diseño actual del programa. Después de un riguroso análisis, la ITC ha constatado los problemas de la aplicación y requiere al ICS que resuelva los riesgos psicosociales -identificados y reconocidos por la misma entidad- y que evalúe, en el plazo de seis meses, los riesgos ergonómicos que la Inspección ha podido comprobar pero que la empresa aún no ha recogido.
Desde el año 2013, MC ha pedido a la Comisión paritaria general de prevención de riesgos laborales del ICS una solución para las anomalías del e-CAP que "provocan una pérdida de tiempo extremadamente valioso para la atención los pacientes y generan estrés y angustia a los profesionales". Además, ha reclamado mejoras en el diseño y la interacción de los usuarios con el programa y ha solicitado que se ofrezca formación continuada a los trabajadores sobre los cambios constantes que se aplican. Sin embargo, la empresa no ha atendido las peticiones de la organización. Por este motivo, en junio del año pasado MC denunció el caso ante la ITC, el organismo que vela por el cumplimiento de las normas legales en materia laboral y del contenido normativo de los convenios colectivos.
La evaluación de la ITC ha certificado que el e-CAP somete a los facultativos a un elevado grado de exigencia psicológica motivada por los pocos minutos que disponen para atender a los pacientes y la obligatoriedad de dedicar gran parte de este tiempo a la introducción de datos en el programa. Una aplicación de elevada complejidad que, además, recibe modificaciones frecuentes y sufre interrupciones e incidencias regulares. El ICS asegura que ha aplicado medidas para corregir los riesgos psicosociales, como la renovación de las pantallas o la implementación de un plan para mejorar la formación que reciben los trabajadores y para simplificar el funcionamiento del programa. Sin embargo, la ITC ha comprobado que, a la hora de aplicar las posibles soluciones, la empresa no ha contado con los delegados de prevención de riesgos laborales, que no han participado en todas las reuniones ni en el desarrollo de los proyectos de mejora del e-CAP.
En cuanto a los riesgos de tipo ergonómico, relacionados con la interacción de los facultativos con el programa, el informe de la Inspección señala las mismas deficiencias identificadas por los delegados de MC: excesivos clics, multitud de colores por pantalla con un uso excesivo del color rojo, diseño poco amigable, navegación poco intuitiva (elevado número de pestañas y subpestañas, dificultad para acceder a la pantalla deseada, información confusa) y una organización cambiante de los contenidos que no permite la familiarización de los usuarios con la plataforma.
Si bien la ITC y el sindicato médico coinciden en la detección de los riesgos ergonómicos inherentes al e-CAP, el ICS no ha llevado a cabo la evaluación de los mismos. Ahora dispone de seis meses para efectuar el estudio para el que debe consultar previamente a los delegados de prevención. Si la empresa no cumple el encargo, la ITC es competente para imponer sanciones.