El 74,5% de los facultativos de la red de atención primaria del Institut Català de la Salut (ICS) –organismo que gestiona el 80% de los centros de salud del primer nivel asistencial– no ha podido disponer de un equipo de protección individual (EPI) en algún momento de la fase aguda de la pandemia de coronavirus, según revela una encuesta realizada por Metges de Catalunya (MC) a 1.339 profesionales de la medicina, entre los días 15 y 23 de junio pasados.
Un 58,6% considera que ha recibido suficiente formación teórica sobre las pautas de autoprotección y utilización de estos EPI, mientras que un 75,8% denuncia falta de formación práctica, tal como ya alertó el sindicato a finales de febrero, antes de que se confirmara el primer caso de COVID-19 en Catalunya.
Por otra parte, la mayoría de los facultativos asegura que la empresa no les ha hecho ningún tipo de seguimiento clínico-epidemiológico relacionado con el coronavirus inmunológico para saber si habían contraído la enfermedad. A un 68,9% de no se le ha practicado la prueba diagnóstica mediante PCR, mientras que a un 62,7% no se le ha hecho el test de anticuerpos para detectar la inmunidad y a un 86,4%, tampoco la prueba serológica. En los casos en que sí, el control se ha iniciado, predominantemente, dos meses después de declararse pandemia. En este sentido, solo el 14,3% manifiesta que la actuación de su Unidad Básica de Prevención de Riesgos Laborales le ha generado confianza y seguridad.
De los resultados de la encuesta también destaca que un 62% de los profesionales afirma haber sufrido alteraciones obligadas (no consensuadas) en su jornada laboral, incluido el cambio de turno de trabajo (56,8%), como consecuencia de la emergencia sanitaria. Además, un 84,4% de la plantilla asegura que se han modificado sus tareas asistenciales y un 80,7% sostiene que ha tenido que asumir la atención de pacientes no asignados a su consulta, sobre todo por razones organizativas del equipo (77,3% de), para cubrir facultativos designados a otras tareas (45,1%) o para sustituir a personal de baja por COVID-19 (44,6%).
Por lo que se refiere a la absorción in extremis por parte de la atención primaria de la asistencia a las residencias geriátricas tras la crisis vivida en estos centros para la tercera edad, solo un 18,6% de los médicos y de las médicas que se han debido hacer cargo de esta responsabilidad afirma haber recibido formación específica para llevarla a cabo, mientras que un 59,4% dice que no y el 22% restante considera que no hacía falta formarse.
Horas extras
Más de la mitad de los profesionales consultados, el 53,2%, confirma que ha tenido que hacer horas extras para dar respuesta a la demanda sanitaria creciente durante la pandemia, de los cuales un 18% ha realizado más de 30 horas mensuales de media más allá de su jornada ordinaria de trabajo.
El 33% de los facultativos que ha tenido que alargar su horario laboral todavía no ha recibido ninguna compensación económica por el sobreesfuerzo, mientras que un 43% ha cobrado las horas extras como atención continuada. El resto ha percibido otros tipos de gratificación como la asignación de días de descanso. Desde el inicio de la pandemia, un 19,9% del personal ha sufrido pérdidas retributivas, sobre todo, por los cambios de jornada y por haber estado de baja médica por COVID-19.
Todo ello ha provocado un notable cansancio físico y emocional en la plantilla: un 52,4% de los profesionales asegura estar bastante o muy cansado físicamente, mientras que un 68,1% dice sufrir un agotamiento mental y emocional considerable.
Evaluación
La mayoría de los facultativos del primer nivel asistencial, el 64,1%, suspende la gestión de la crisis por parte de las autoridades sanitarias, tanto del Ministerio de Sanidad, como de la Conselleria de Salut, la Agencia de Salud Pública de Catalunya y el ICS. En cambio, un 79,7% aprueba la actuación de las direcciones de los equipos de atención primaria (EAP).
Un 81,8% de los profesionales encuestados se muestra convencido de que la pandemia de coronavirus empeorará la situación de sobrecarga asistencial que ya había antes de la crisis sanitaria, mientras que un 12% señala que seguirá siendo la misma y solo un 6,2% cree que mejorará.
Tras la sacudida sanitaria, un abrumador 98,9% del colectivo médico cree que es necesario un nuevo modelo sanitario, donde los facultativos tengan un papel clave y fundamental en el diseño, la organización y el desarrollo del sistema.
Por otra parte, un 64,2% apoyaría, según la encuesta, la convocatoria de una nueva huelga después del verano en el ámbito de la atención primaria ICS, si no mejoran de inmediato las condiciones laborales y retributivas, y un 28,3% se decantaría por otras vías de desaprobación, como la manifestación o la recogida de firmas. Tan solo el 7,5% ve innecesaria las protestas.
Movilizaciones
Para el presidente del Sector Primaria ICS de MC, Javier O'Farrill, los resultados de la encuesta "ponen en evidencia la dejadez, la inseguridad y la desprotección que ha vivido la atención primaria y sus profesionales durante el pico de la pandemia ". En este sentido, exige a las autoridades sanitarias que "pongan los medios adecuados para que, en ningún caso, se repita esta situación", y, al mismo tiempo, reitera, por enésima vez, que "se incremente la contratación y el refuerzo de la plantilla, para evitar una crisis de dimensiones catastróficas en el primer nivel asistencial".
Asimismo, O'Farrill advierte que, a pesar del agotamiento físico y emocional, "el único camino que les queda a los facultativos para ser escuchados es la movilización". "Si no hay una respuesta rápida y contundente a nuestras demandas de mejora laboral y salarial –añade– el conflicto en las calles rebrotará este otoño y la protesta tendrá unas consecuencias difíciles de gestionar".