Los presidentes de los sectores de hospitales y de atención primaria concertada de Metges de Catalunya (MC), Josep Maria Serra y Patxi Avilés, respectivamente, han hecho un llamamiento a los facultativos a reflexionar sobre "el valor de nuestro tiempo y la compensación justa y exigible por los esfuerzos extraordinarios que hacemos". En un artículo de opinión publicado en el Diari de la Sanitat, Serra y Avilés critican el sobreesfuerzo continuado que se exige a los profesionales médicos, a menudo sacrificando su vida personal a cambio de unas condiciones laborales y retributivas que "no aguantan la mínima comparación con las de los países de nuestro entorno".
Ante el déficit de facultativos del sistema público, la solución por parte de la administración, aseguran, consiste en "forzar a los profesionales de la salud, exprimirlos con modificaciones horarias, incrementos de jornada y coberturas obligatorias". La mejora de las condiciones "no entra dentro de su ecuación" y, mientras afirman que no hay médicos, "cada año se gradúan miles de facultativos y otros tantos obtienen la especialidad vía MIR".
Así las cosas, Serra y Avilés se preguntan dónde quedan los derechos de los facultativos "al descanso, la desconexión y la conciliación”, y a un trabajo "confortable, asumible y que genere bienestar, en vez de sufrir patologías derivadas del estrés". Y denuncian que "desde hace años se abusa del personal facultativo, lastrado por una negociación colectiva que le arrincona y le niega las mejoras, mientras se apela a la vocación y la responsabilidad hacia los pacientes".
Y es que la situación de sobrecarga no es sobrevenida, sino que proviene de antes de la pandemia. En este sentido, recuerdan la reducción de la actividad y el cierre de camas hospitalarias en verano, para que los profesionales puedan hacer vacaciones, y la falta de sustitutos en la atención primaria, donde todo debe ser asumido por la misma plantilla. Además, remarcan que los facultativos trabajan anualmente más horas que cualquier otro colectivo sanitario, aunque la legislación limita a 150 las horas anuales máximas de atención continuada que pueden hacer los trabajadores asistenciales.
Por todo esto y negando que la vocación y el deber médico comporte "hacer todo lo que se tenga que hacer, independientemente de las condiciones", los responsables sindicales piden una reflexión colectiva sobre los límites del ejercicio profesional y concluyen: "Somos profesionales del aprendizaje continuo y también tenemos que aprender a defender nuestra dignidad y nuestro futuro".