Metges de Cataluña (MC) considera que, aunque necesarias, las nuevas restricciones implantadas por el Govern de la Generalitat para contener el impacto de la sexta ola de COVID-19 y el avance de la variante ómicron son el reflejo de una gestión "nefasta" que siempre "va tarde" y que no ha aprendido "nada" de las cinco oleadas anteriores. El sindicato médico asegura que las restricciones son la consecuencia de la falta de medidas y recursos de control de la pandemia y, sobre todo, del "nulo refuerzo del sistema sanitario público", lastrado por una política de recortes que llegó "hasta el tuétano" y que se ha prolongado a lo largo de una década.
En este sentido, MC acusa al Departamento de Salud de "despreciar y abandonar" a la atención primaria y de mantener la explotación laboral de los profesionales como "único instrumento para sostener un servicio público esencial, superado y desbordado por los recortes y la pandemia".
La organización remarca que no es sólo la población la que está harta de la COVID, "también lo están los sanitarios, que no ven el final y que han sufrido ola tras ola, sin descanso, sin compensaciones y sin reconocimientos". Por este motivo, pide comprensión a la ciudadanía ante la necesidad de evitar una gran explosión de contagios que vuelva a colapsar el sistema. "Comprendemos y compartimos su enfado, pero, llegados a este punto, todos debemos arremangarnos para asegurar la prestación de la asistencia a todo el mundo que lo requiera", afirma el sindicato.
Con todo, MC recuerda que las carencias y la precariedad de la sanidad pública son conocidas y desde la Administración "no ha existido la voluntad de corregirlas, ni siquiera con la aparición de una pandemia". Así, ante el nuevo embate de la epidemia, el peso de la responsabilidad vuelve a recaer sobre el personal facultativo y el resto de los profesionales que se sienten "profundamente maltratados" y víctimas de una planificación "negligente".