Metges de Catalunya (MC) ha alentado a los facultativos especialistas en medicina familiar y comunitaria a trabajar conjuntamente para "reflotar" una especialidad que se encuentra "abandonada, infravalorada y desprestigiada". En un acto conmemorativo del Día Mundial del Médico de Familia, que se celebra el 19 de mayo, el sindicato ha organizado una asamblea abierta a los profesionales frente a la Facultad de Medicina del Campus Clínico de Barcelona para analizar la situación de la especialidad médica mayoritaria de los centros de atención primaria, que ha sido "duramente golpeada por los recortes, las políticas sanitarias despreciantes y la pandemia". El acto ha contado con la presencia del director de Estrategia de Atención Primaria del Departamento de Salud, Rafa Ruiz.
La asamblea se ha desarrollado en cuatro bloques temáticos que han analizado el pasado, el presente, las medidas correctoras y la visión de futuro que los propios profesionales de la medicina familiar y comunitaria tienen de su especialidad. La infrafinanciación de la atención primaria es el diagnóstico que genera mayor consenso entre los médicos de cabecera. El presupuesto para el primer nivel asistencial, que en 2022 asciende a 1.885 millones de euros, el 16,7% del total de Salud, todavía se encuentra a “años luz” de la cantidad óptima que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, los facultativos reclaman que en 2023 el presupuesto para la atención primaria se eleve hasta representar el 25% de las cuentas sanitarias, “con un incremento mínimo de 1.000 millones de euros”.
Asimismo, han denunciado la pérdida de profesionales de los últimos 15 años. Mientras en 2007, el Instituto Catalán de la Salud (ICS) contaba con 6.780 médicos de familia, en 2021 eran 6.164, con un mínimo histórico de 5.616 profesionales en 2016. A pesar de la recuperación económica y el refuerzo de la plantilla estimulado por la COVID, todavía hay 616 facultativos menos en el sistema que en el año 2007. “Menos profesionales, con una población que ha crecido en 600.000 personas y un incremento sostenido de las visitas a los CAP, con el añadido final de una pandemia”, ha recordado una médica.
La carencia de recursos económicos y humanos, y el empeoramiento de las condiciones laborales, ha desembocado en un presente “devastador” para el ejercicio de la medicina familiar y comunitaria. “Las agendas son inalcanzables, con más de 40 visitas diarias. Nos vemos obligados a alargar la jornada, a doblar turnos... por no hablar del poco tiempo que podemos dedicar a cada paciente. Así no se puede ofrecer una asistencia de calidad”, ha exclamado uno de los asistentes a la asamblea.
Las deficientes condiciones laborales y retributivas también se sitúan como uno de los principales agravios de los médicos de familia. A la sobrecarga asistencial, la burocracia y el estrés se suman unos sueldos que para la mayor parte de profesionales no se consideran atractivos, puesto que Catalunya se sitúa en la cola del estado, con una retribución media anual de 48.000 euros brutos (objetivos incluidos), mientras que en otras comunidades autónomas se ofrecen salarios más de un 10% superiores.
Desprestigio
El desprestigio que arrastra la medicina de familia se refleja en la elección de la especialidad por parte de los jóvenes facultativos. A pesar de que este año Salut ha incentivado la elección de la medicina familiar y comunitaria entre los MIR, con hasta 9.000 euros anuales adicionales, las 370 plazas de esta especialidad que se han ofrecido en la convocatoria de 2022 siguen siendo las últimas en ocuparse. De hecho, a falta de un día para cerrar el proceso de adjudicación, todavía hay 223 plazas vacantes, el 60%.
La falta de motivación para desarrollar la carrera profesional en el ámbito de la atención primaria es un problema teniendo en cuenta la previsión de jubilaciones médicas de los próximos años. Según el Plan de Ordenación de Recursos Humanos del ICS, entre los años 2022 y 2026 se jubilarán 941 médicos de familia, una cantidad de profesionales que, en estos momentos, “no se podrían relevar” y sobre la que “tampoco es 'está planificando su repuesto”, advierte MC.
En cuanto a las medidas correctoras que permitirían recuperar el impulso y el protagonismo de la medicina familiar y comunitaria, de nuevo se ha señalado el incremento de la inversión presupuestaria. Además, los representantes del sindicato médico en las mesas de negociación de los nuevos convenios laborales del ICS y de la red sanitaria concertada han explicado que ni la Administración ni las patronales ofrecen mejoras retributivas y de condiciones de trabajo, “al contrario, piden más flexibilidad, jornadas deslizantes, hacer más sin contratar a más profesionales”.
En la misma línea, los asistentes también han criticado el Plan de fortalecimiento y transformación de la atención primaria y comunitaria presentado por el Departamento de Salud, ya que "no aborda los problemas que afectan directamente a la asistencia". Así, se apuesta por incorporar nuevos perfiles profesionales, “en vez de reforzar la plantilla de facultativos por reducir la sobrecarga y mejorar la accesibilidad al sistema”, y no se mejoran las condiciones laborales ni las retribuciones para “hacer más atractiva la especialidad”.
Y es que, para que la atención primaria tenga futuro, es imprescindible dotar de mayor prestigio a la medicina familiar y comunitaria, según los propios profesionales. Para ello, han reclamado que la especialidad se introduzca en el plan de estudios de las facultades de Medicina, actualmente ausente. Además, han instado al Govern a mejorar las condiciones de trabajo del personal facultativo, tanto a nivel retributivo como de confort y bienestar, para atraer al talento joven desde el sistema de formación sanitaria especializada.
