MC pide que se dé la "máxima prioridad" al tratamiento de las conductas suicidas

Metges de Catalunya (MC) muestra su "gran preocupación" por los datos de suicidios consumados en el territorio. Según datos del Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT), en 2021 se produjeron 576 muertes por suicidio, la cifra más elevada que registra el órgano desde el año 2005. De hecho, en los últimos cinco años se ha incrementado un 14% la cifra de muertes por autolesión intencionada.

El aumento de las conductas suicidas resulta especialmente preocupante entre la población adolescente. El pasado año, el Código Riesgo Suicidio de Catalunya registró un incremento del 195% de las tentativas de suicidio en chicas adolescentes respecto al año anterior.

En este sentido, MC recuerda que el suicidio es la segunda causa de muerte entre la población de 15 a 29 años y la primera por causas externas a las condiciones de salud. En 2020, primer año de pandemia, 62 menores de 19 años murieron por suicidio. Además, según cálculos estadísticos, por cada menor que consuma el suicidio hay 200 que lo han intentado.

Según el conseller de Salud, Manel Balcells, el incremento de las tentativas de suicidio no se ha trasladado en mayores muertes consumadas. En declaraciones al programa Café de ideas de La 2 de RTVE, el mandatario ha afirmado que, gracias a la eficiencia del Código Riesgo Suicidio y de los programas de prevención, la cifra de suicidios consumados se mantiene estable, "dramática, pero estable".

El sindicato considera que, independientemente de que los datos registrados muestren o no una tendencia a la estabilidad, el suicidio y las conductas suicidas, especialmente entre la población juvenil, se han convertido en un problema de salud "de primera magnitud". Por este motivo, pide a la consejería que dé la "máxima prioridad" a los programas de salud mental y a los protocolos de prevención orientados a evitar los pensamientos y actuaciones destinadas a acabar con la propia vida.

Así, la organización reclama un incremento de la plantilla de especialistas en psicología clínica en los centros de salud mental para que la detección de las conductas suicidas pueda ir acompañada de una intervención psicológica “rápida y de calidad” a las personas afectadas y a sus familias.