Metges de Catalunya (MC) reclama al Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) un control "más férreo" sobre las contrataciones de personal facultativo en el Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública (SISCAT) para evitar un nuevo caso de intrusismo profesional como el de la falsa médica que ha trabajado durante siete meses en el servicio de Urgencias del Hospital Comarcal de Sant Bernabé de la localidad de Berga (Barcelona). El sindicato pide que se investigue la "cadena de errores" cometidos y que se depuren responsabilidades, dado que se trata de un hecho "muy grave" que ha comportado un "riesgo extremo" para la salud y la seguridad clínica de la población. Asimismo, MC insta a la dirección asistencial del centro hospitalario a analizar “uno por uno” los actos médicos realizados por esta persona durante los meses que se ha hecho pasar por médica, para tener garantías de que sus actuaciones “no han causado un perjuicio para la salud de los pacientes” y que los tratamientos en curso prescritos por la falsa profesional “no conllevan un riesgo o son contraindicados para las personas atendidas. La organización señala que la revelación del caso ha afectado a la plantilla médica del hospital público del berguedá que se siente "engañada, traicionada y preocupada" por los efectos que puede tener sobre la imagen y la reputación de los profesionales del centro.
Para MC, ni el déficit de facultativos ni la urgencia por ocupar vacantes de especialistas pueden justificar “ningún tipo de laxitud” en la verificación de la formación, competencias y experiencia laboral de las personas que se postulan en las ofertas de trabajo de los centros sanitarios. Tampoco los colegios de médicos "pueden dejar de ser rigurosos en el control de la documentación y la expedición del carné colegial, necesario para emitir recetas electrónicas a través del CatSalut".
En este sentido, el sindicato recuerda que la acreditación de los títulos de Medicina y de especialista en Ciencias de la Salud (y la homologación en el caso de los profesionales extracomunitarios) es un requisito imprescindible para desempeñar la profesión y para ocupar puestos de trabajo en la sanidad pública y privada. “A pesar de la ingente carencia de médicos que sufre el sistema, los controles deben ser exhaustivos y las garantías deben ser totales, porque, de lo contrario, las consecuencias pueden ser fatales y socavar los mismos fundamentos de la deontología médica”.