Metges de Catalunya (MC) condena firmemente las agresiones, amenazas y situaciones de violencia sufridas este miércoles por la noche por el personal del servicio de Urgencias del Hospital de Terrassa, a raíz de un parto con complicaciones vitales que ha provocado una reacción airada por parte de los familiares y acompañantes de los pacientes contra los profesionales del centro y contra las instalaciones hospitalarias.
El sindicato considera que los hechos son "intolerables" y pone sus servicios jurídicos a disposición de los facultativos afectados que quieran presentar una denuncia contra los agresores. Asimismo, MC insta al Consorci Sanitari de Terrassa (CST) a reforzar la seguridad del centro hospitalario y a ofrecer apoyo y recursos de atención psicológica a los profesionales que se encuentran emocionalmente afectados por el incidente vivido.
Ante unos hechos tan graves, que "no son aislados, sino un ejemplo más de la crispación social y la violencia creciente que sufren los profesionales del sistema sanitario público", MC exige al Departamento de Salud un plan de actuación, con "menos retórica y más medidas concretas”, para erradicar los comportamientos violentos en las consultas de atención primaria y hospitales. La organización, que forma parte del Comité Permanente del Observatorio para situaciones de violencia en el ámbito sanitario de Cataluña (OSVASC), recuerda que, a pesar de la dificultad para cuantificar el número de agresiones, puesto que muchas no son registradas ni denunciadas, estudios como el del Observatorio Nacional de Agresiones en Médicos y Médicas de la OMC indican que la violencia verbal y física hacia el colectivo continúa “desbocada”, con 769 agresiones comunicadas a los colegios profesionales al año 2023, el segundo dato más alto jamás registrado.
El sindicato cree que, desde su constitución en junio de 2022, el OSVASC no ha hecho progresos suficientes para convertirse en un instrumento útil en materia de control preventivo y definición de protocolos de actuación contra las agresiones. En este sentido, asegura que el personal facultativo se siente "expuesto" y "vulnerable" ante las reacciones de algunos usuarios que "de forma totalmente injustificada vuelcan contra los profesionales sus quejas por las deficiencias del sistema".
Por este motivo, reclama a Salud "contundencia" y "mano dura" contra los agresores para que "ningún ataque quede impune" y para poner fin a la indefensión que sufren las personas agredidas, que "no son responsables de las carencias sino de prestar asistencia sanitaria con profesionalidad y compromiso con el cuidado de la salud de la población, tal y como demuestran día a día”.