Metges de Catalunya (MC) traslada su apoyo al personal médico de urgencias psiquiátricas del Institut Pere Mata (IPM) de Reus que ha iniciado protestas por la reducción de médicos adjuntos en las guardias del centro. Desde este lunes 15 de julio, la dirección ha decidido sustituir a un psiquiatra por un residente durante las jornadas de atención continuada. Con esta decisión se incrementa notablemente la carga de los especialistas, puesto que los MIR requieren supervisión y, por su condición de facultativos en formación, son menos autónomos y resolutivos a la hora de dar salida a la demanda asistencial.
Según explica el delegado del sindicato en el IPM, Samuel Pombo, la dirección, "de forma unilateral y no negociada", ha decidido modificar las condiciones de trabajo en los equipos médicos de urgencias. Hasta ahora, las guardias contaban con dos médicos adjuntos, uno de los cuales daba refuerzo por las tardes y fines de semana, y un residente con experiencia. Con la nueva organización, el facultativo de refuerzo se sustituye por un MIR de primer año que debe ser tutorizado tanto por el adjunto como por el residente senior.
"Este cambio afectará a la carga asistencial que desde la pandemia es muy elevada", asegura Pombo. Contar con un médico novel que apenas comienza su formación como especialista en psiquiatra comportará que buena parte de las decisiones clínicas recaigan sobre el único adjunto que habrá en las guardias. En consecuencia, la asistencia será "más lenta" y el adjunto trabajará con "mucha más presión" porque, además de su propio trabajo, deberá supervisar el de dos médicos en formación.
El IPM ofrece el único servicio de urgencias de psiquiatría del Camp de Tarragona. En total, cuenta con una plantilla de 80 psiquiatras, de los cuales alrededor de 30 hacen guardias, y 17 médicos residentes en período de formación sanitaria especializada.
"La única justificación posible es por ahorro económico porque con criterios clínicos es insostenible", afirma Pombo. Los psiquiatras del IPM mantendrán las protestas y no descartan elevar el caso a la dirección de la Región Sanitaria del Servicio Catalán de la Salud en el Camp de Tarragona.
Por su parte, MC insta al IPM a replantearse la decisión pensando en la calidad asistencial y en las condiciones laborales del personal facultativo, al que "no se le puede sobrecargar más". Asimismo, el sindicato considera que "es una contradicción fijar la atención a la salud mental como una prioridad y, al mismo tiempo, reducir los recursos que se destinan".