La consternación de los facultativos de atención primaria también llega a los profesionales que ejercen en la red concertada. Los mismos problemas de presión asistencial, recortes y precariedad laboral que han denunciado los facultativos del Institut Català de la Salut (ICS) que han llevado a Metges de Catalunya (MC) a solicitar a la entidad la creación de una comisión urgente que proponga medidas contra la sobrecarga de los profesionales, se pueden hacer extensivos a los centros de atención primaria (CAP) gestionados por empresas públicas y consorcios de salud.
En este sentido, los médicos de familia, pediatras y odontólogos de los ambulatorios del Consorci Sanitari de Terrassa (CST) han dado un paso adelante y han presentado un escrito de denuncia a la dirección de recursos humanos y a la gerencia de la empresa. El 75% de la plantilla facultativa de atención primaria se ha adherido al documento que cifra en más de un 20% la pérdida de personal en los CAP del CST desde el año 2011. La reducción del número de trabajadores y la no cobertura de las bajas y las jubilaciones provoca una carga asistencial "fuera de toda medida" que se ve agravada por el envejecimiento de la población y el incremento de la complejidad de las patologías que aumentan el número de visitas.
Los facultativos también denuncian que las listas de espera son "inalcanzables" y pueden llegar a los dos meses para que los pacientes puedan ser atendidos por sus propios médicos. Esta demora provoca más demanda de atención urgente que añade presión a las agendas de los profesionales. Como en el caso del ICS, los facultativos también se quejan por las visitas no presenciales, la demanda espontánea, las interconsultas virtuales, la revisión de pruebas o los informes sobre fármacos que "multiplican" la agenda ordinaria de visitas programadas.
La presión asistencial en los centros de primaria del CST puede continuar creciendo si el Servei Català de la Salut (CatSalut) no proporciona los recursos necesarios para que la empresa pueda sustituir 16 facultativos, vinculados contractualmente al ICS pero que prestan servicios al consorcio egarense, que se jubilarán en los próximos meses.
CAP Sant Llàtzer, el ejemplo
Los profesionales de uno de los siete ambulatorios que gestiona el CST, el CAP Sant Llàtzer, ponen cifras a la situación. Con una población de referencia de 41.164 personas, 8.500 adultos y 2.600 niños y niñas se encuentran sin médico y pediatra asignado, respectivamente, debido a la ausencia de sustitutos. De la atención de estos pacientes se ocupa el resto de profesionales añadiéndolos a sus propias agendas asistenciales, por lo que los facultativos superan holgadamente las 30 visitas diarias. Así, se incrementa el contingente de pacientes por facultativo, superando el tope de 1.500 por médico de familia y 1.300 por pediatra, mientras la plantilla es cada vez más reducida.
El centro, además, cuenta con un único odontólogo que reparte su jornada con otro CAP, cuando la Orden de 8 de octubre de 1985, sobre fijación de criterios para la determinación de plantillas orgánicas de los Equipos de Atención Primaria, fija una ratio de un dentista por cada 11.000 habitantes. Es decir, teniendo en cuenta su población, el CAP Sant Llàtzer debería contar con al menos tres odontólogos.
Por todo ello, los facultativos de atención primaria del CST reclaman la recuperación del personal perdido los últimos años y limitar a 25 el número de visitas diarias a las consultas con un tiempo de atención mínimo por paciente de 10 minutos, ya sea presencial o no presencial. Además, piden inversiones para mejorar y renovar las infraestructuras, los equipamientos y materiales, el mobiliario y la climatización de los centros. Por último, reivindican participar en las decisiones sobre el modelo y la organización de la asistencia para que cualquier cambio sea consensuado con los profesionales médicos.