MC acusa a las patronales de la sanidad concertada de enrocarse y querer "eternizar" la discriminación del personal médico

El inmovilismo de las patronales de la red sanitaria concertada ha topado con la desaprobación unánime de todos los sindicatos con representación en la mesa negociadora del III Convenio Colectivo de Trabajo del Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Catalunya (SISCAT) que se ha reunido este miércoles en una nueva sesión de trabajo. La Unió Catalana d’Hospitals (UCH), el Consorci Associació Patronal Sanitària i Social (CAPSS) y la Associació Catalana d’Entitats de Salut (ACES) han expresado su intención de seguir discriminando al personal médico con una jornada laboral anual más amplia (1.688 horas) que el resto de grupos profesionales (1.620 horas), un encastillamiento que Metges de Catalunya (MC) ha censurado, con el apoyo del resto de representantes de los trabajadores, al considerar que perpetúa una situación de agravio comparativo “muy grave”.

El posicionamiento empresarial se ha concretado después de que el sindicato médico requiriera, en varias ocasiones, una respuesta a la petición que hizo al inicio de las negociaciones, para que se suprimiera la vinculación del régimen de jornada y descansos del personal sanitario (grupos profesionales 1, 2 y 3) al Estatuto Marco, y se asociara al Estatuto de los Trabajadores (más favorable), como única norma de rango superior.

MC ha acusado a las patronales de encerrarse en banda y de querer "eternizar" la discriminación médica, "en un momento en que los profesionales necesitan más que nunca ver dignificadas sus precarias y vergonzosas condiciones laborales".

Por otro lado, la parte empresarial ha planteado crear una comisión para negociar una propuesta de clasificación profesional. El sindicato ha objetado que esta propuesta ya se consensuó por parte de todos los agentes sociales en la mesa de negociación del anterior convenio –el segundo– y ha recordado que recogía la petición médica de integrar a todos los licenciados sanitarios en un único grupo profesional, con el fin de no romper el principio de igualdad y no abrir la posibilidad de establecer dobles escalas salariales.