Metges de Catalunya (MC) pide a gritos al Departament de Salut un incremento de la plantilla de profesionales de atención primaria, así como de salud mental, rehabilitación y de las unidades de trabajo social, para poder ofrecer una asistencia integral "en condiciones" a los pacientes con síntomas persistentes de COVID-19, los cuales representan un "problema de salud emergente", según reconocen las propias autoridades sanitarias.
El sindicato advierte que, sin una dotación correcta de estos servicios ya de por sí muy mermados por los recortes, cualquier manual clínico concebido para mejorar el cuidado de este colectivo "puede quedar en un excelente intento fallido", en referencia a la "Guía clínica para la atención de las personas con síntomas persistentes de COVID-19" que ha presentado este miércoles la consellera de Salut, Alba Vergés.
Este documento, elaborado con la participación de una docena de sociedades científicas, expertos y del Colectivo de afectadas y afectados persistentes por la COVID-19, pretende consensuar la atención integral de estas personas –la mayoría son mujeres de edad media– para mejorar la calidad y la equidad en su atención.
Para hacerlo posible, establece que, para gran parte de estos pacientes, prevalecerá la atención centrada en los equipos de atención primaria (EAP), como referentes de este problema de salud. Cada caso deberá tener un abordaje integral y con una visión biopsicosocial, con el apoyo, por un lado, de los profesionales de salud mental y de los equipos de rehabilitación, cuando sea necesario, y, por otro, en coordinación con las unidades de trabajo social, si se detectan factores de riesgo social.
Según la guía, la variabilidad en la aparición de síntomas y su presentación fluctuante en forma de recaída o brotes hará necesaria una exploración frecuente de los pacientes y con intermitencia periódica. Es por ello, que recomienda un seguimiento preferentemente presencial, así como cuidadoso y sistemático, con el objetivo de poder abordar los cambios a medida que éstos vayan apareciendo.
Algunos estudios señalan que la COVID-19 persistente afecta entre un 10% y un 20% de las personas infectadas por el coronavirus SARS-CoV-2, que, en Catalunya, ya son más de 580.000, desde el inicio de la pandemia.