Metges de Catalunya (MC) lanza un grito de alerta a los gobiernos estatal y autonómico para que otorguen "carácter de crisis" a la planificación del relevo generacional de los facultativos que actualmente trabajan en el sistema público de salud, ya sea en centros asistenciales o como docentes universitarios. El sindicato avisa que no se están valorando ni dando importancia a los indicadores de demografía médica que anuncian el retiro de más del 40% de profesionales en activo en los próximos 15 años. Una situación que afecta a las plantillas de los hospitales y centros de atención primaria, pero también a las facultades de Medicina, los decanos de las cuales han avisado que no encuentran suficientes facultativos acreditados como profesores titulares que puedan garantizar el relevo de los docentes actuales. Y es que, según datos del Ministerio de Universidades, el 53,5% del profesorado médico podrá jubilarse en los próximos 10 años.
"La situación es reconducible, siempre y cuando todas las administraciones responsables tomen conciencia y trabajen conjuntamente para que el ejercicio profesional, en cualquiera de sus vertientes, sea atractivo, motivador y compensador del enorme esfuerzo y sacrificio que supone la carrera médica", asegura el secretario general de MC, Xavier Lleonart.
En este sentido, el responsable sindical recuerda que las 43 facultades de Medicina del Estado forman cada año cientos de nuevos graduados que, tras el periodo de formación sanitaria especializada, "deben encontrar oportunidades para incorporarse al sistema con condiciones laborales y retributivas óptimas".
En cuanto al acceso a la docencia, Lleonart aboga por mejorar las condiciones de los docentes, para que puedan compaginar la actividad académica con la atención a los pacientes, y por revisar el sistema de acreditación, de manera que se tengan más en cuenta los méritos asistenciales y la experiencia clínica para acceder a las plazas de profesores titulares.
"La conclusión siempre es la misma: hay que ofrecer incentivos y condiciones que faciliten el desarrollo profesional y la calidad de vida de los facultativos. Por el contrario, el agujero se irá haciendo cada vez más grande y acabará repercutiendo en el servicio público de salud", asevera Lleonart.