1.493 trabajadores de los 3.835 que tiene el Hospital de Sant Pau de Barcelona, casi un 39% de la plantilla, se podrían ver afectados, de forma temporal, por el expediente de regulación de empleo (ERE) que ha presentado la dirección del centro, una medida que Metges de Catalunya (MC) califica de "patada" a uno de los hospitales de referencia de la sanidad catalana en cuanto a la asistencia, la docencia y la investigación.
El sindicato cree que este ERE es injusto y supone una amenaza seria para la atención sanitaria del hospital, que debe ahorrar 10 millones de euros en 15 meses para cumplir con el plan de contención del gasto que exige el Departament de Salut.
MC denuncia que los criterios sobre los que se sustenta el expediente de regulación son poco transparentes y no han tenido en cuenta ni la opinión de los profesionales ni las consecuencias irreversibles para la asistencia.
En las negociaciones que se han abierto entre el comité de empresa y la dirección del centro, MC ha hecho una defensa encarnizada de los puestos de trabajo de la plantilla médica que, con su sobreesfuerzo y su profesionalidad, ha situado el hospital entre los más prestigiosos del mundo.
Según la documentación que ha presentado el centro ante el Departament d’Empresa i Ocupació, 1.428 personas dejarán de trabajar durante 15 días –desde el próximo 1 de octubre y hasta el 31 de diciembre de 2012– y otras 63 lo harán durante 15 meses. Dos personas más verán reducida su jornada laboral a la mitad.
Además, el hospital –gestionado por la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona y el Arzobispado de Barcelona– ha decidido cerrar una planta de 36 camas, suprimir tres sesiones diarias de quirófano y disminuir un 66% la actividad de los viernes de radioterapia, radiología y medicina nuclear.
Igualmente, tiene previsto cerrar un día a la semana (viernes) la mayoría de consultas externas y reducir 713 intervenciones.