Metges de Catalunya (MC) ha consensuado con el Institut Català de la Salut (ICS) un documento de criterios de calidad de la atención médica domiciliaria en Barcelona ciudad, que limita las visitas de los facultativos a un máximo de dos por hora y establece la retribución como jornada complementaria de la prolongación del horario, cuando estas consultas sobrepasen la jornada laboral.
El acuerdo también fija una duración media de la visita médica domiciliaria de 20 minutos para pacientes agudos y de 25 minutos para enfermos crónicos, además del tiempo necesario para los desplazamientos.
Igualmente, este pacto también incluye el compromiso del ICS de aportar un vehículo para que el médico pueda trasladarse al domicilio del paciente, siempre que las circunstancias organizativas o las características del área básica de salud así lo aconsejen, y de facilitar el maletín médico con el instrumental y la medicación necesaria.
En caso de sospecha de conflicto en una atención domiciliaria, el facultativo podrá optar por hacer la visita médica acompañado de otro profesional o, si fuera imprescindible, de la policía. Además, la empresa se ha comprometido a elaborar un protocolo de actuación para las ocasiones en que el médico se encuentre en una situación que atente contra su seguridad.
Finalmente, el documento especifica que un profesional sanitario del equipo de atención primaria (EAP) deberá priorizar las solicitudes de visitas domiciliarias agudas y podrá activar directamente el Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) por vía telefónica, si considera que se trata de una urgencia, sin necesidad de desplazarse previamente al domicilio.
Para MC, la firma de este acuerdo supone un paso adelante muy importante, ya que por primera vez se plasma en un documento los estándares necesarios para garantizar la calidad de la atención médica domiciliaria.
El texto se ha consensuado en la comisión de seguimiento del acuerdo de la desconvocatoria de huelga en los centros de atención primaria (CAP) de Barcelona ciudad que promovió el sindicato a finales de 2008, contra la ampliación de los horarios de los servicios de atención domiciliaria no urgente que habían firmado el Servei Català de la Salut (CatSalut) y el SEM.