Metges de Catalunya (MC) reclama al Departament de Salut que unifique los criterios para reformar el modelo sanitario territorial y abandone la política de improvisación reinante, ya que genera "desconfianza" entre los profesionales y crea una imagen de “desorden absoluto", con motivo del anuncio del nuevo ente que ha de gestionar la sanidad pública en Lleida y a la presentación, en Girona, de la alianza estratégica entre los hospitales Doctor Josep Trueta, del Institut Català de la Salut (ICS), y Santa Caterina, del Institut d’Assistència Sanitària (IAS).
El sindicato critica a Salut por "experimentar" con el futuro de la sanidad "desplegando proyectos que no comparten una hoja de ruta común y que no han sido consensuados con los trabajadores". Además, advierte que estos cambios de modelo "conllevarán un aumento de cargos directivos y el consiguiente incremento del gasto".
En este sentido, MC insiste en reclamar la integración de las diferentes empresas públicas sanitarias en el ICS –la empresa pública más grande de Catalunya– para reducir la hipertrofia de mandos, "sin que ello impida descentralizar su estructura y preservar la idiosincrasia sanitaria de cada región" o, como alternativa, propone fusionar todas las empresas públicas sanitarias dependientes de la Generalitat que están repartidas por el territorio.
En opinión del sindicato, las fórmulas que ha puesto en marcha Salut para reordenar la provisión de los servicios sanitarios son "totalmente heterogéneas". Por un lado, la figura jurídica del nuevo ente de gestión de los centros de salud públicos de Lleida será, con toda probabilidad, un consorcio. Por el otro, en Girona, el departamento ha optado por la alianza estratégica entre dos hospitales que conservarán su identidad propia. Y, en cambio, la gestión de los servicios sanitarios adscritos al Consorci Sanitari de Barcelona, constituido por la Generalitat y el Ayuntamiento de la capital catalana, está en manos de una corporación desde el año 1988.
Con todo, MC reitera que las condiciones laborales de los facultativos se deben "homogeneizar", independientemente de cuál sea su empresa de procedencia, y para ello propone establecer un "convenio médico" que reconozca la especificidad del colectivo.