Metges de Catalunya reclama un estatuto laboral específico para el personal médico

Viernes, 6 Junio, 2003

Metges de Catalunya (MC) reclama un estatuto laboral específico para el personal médico, en contraposición al anteproyecto de ley de Estatuto Marco, aprobado recientemente por el Consejo de Ministros, que afecta a todo el personal sanitario de los servicios de salud. MC censura la propuesta del Gobierno central porque no reconoce la especificidad del médico, vulnerando, una vez más, lo que prevé la Ley general de sanidad de 1986.

Por otra parte, el sindicato no acepta una norma que permite la movilidad geográfica obligatoria, que desarrolla de forma restringida la directiva europea 93/104 sobre la regulación de la jornada laboral, que prevé la desaparición del facultativo de contingente y zona (médico rural), que elimina la vía de lo social para resolver los conflictos entre el facultativo y la Administración y que establece un régimen disciplinario sancionador y coaccionador.

Actualmente, la situación laboral del médico está regulada por el Estatuto Jurídico del personal médico de la Seguridad Social que data de 1966. Metges de Catalunya considera necesaria la redacción de un nuevo estatuto adecuado a la realidad sanitaria actual que sustituya, definitivamente, una norma preconstitucional y desvertebrada, a la cual se le han ido añadiendo parches legales. "Queremos un estatuto marco específico para la profesión, como hasta ahora, pero que sea capaz de coordinar la diversidad normativa existente actualmente", afirma Patricio Martínez, secretario general del sindicato.

El Estatuto Marco es una norma de carácter estatal, pendiente de aprobación desde hace 17 años, que debe regular las condiciones laborales básicas (jornada y descanso laboral, tipos de retribuciones, carrera profesional, movilidad...) del personal estatutario de la sanidad pública. En 1986 se aprobó la Ley general de sanidad que, en su artículo 84, prevé la redacción de este estatuto, pero desde entonces, los intentos de los diferentes gobiernos centrales para sacar adelante dicha norma no han dado resultado y, de los casi 50 borradores, nunca se ha aprobado ninguno.