Muere Albert Tomàs, expresidente de Metges de Catalunya

Quien fue presidente de Metges de Catalunya (MC) entre los años 2004 y 2016, Albert Tomàs, ha fallecido este jueves a la edad de 72 años. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona (UB) y especialista en Anestesiología y Reanimación, fue jefe del Servicio de Anestesiología y de la Unidad del Dolor del Hospital Comarcal Sant Bernabé de Berga. El Consell Executiu de MC expresa, en nombre del sindicato y de toda su afiliación, el más profundo sentimiento de pésame a sus familiares, amigos y amigas.

Tomàs accedió a la Presidencia de la organización con dos objetivos bien marcados: fortalecer la entidad y trabajar para "recuperar el placer de hacer de médico", como profesaba su antecesor en el cargo Lluís Masferrer. Durante su mandato, se esforzó por unir a todos los colectivos médicos alrededor de MC, “desde el diálogo y la participación”.

Su trayectoria sindical empezó a mediados de los años 90 en la Asociación Profesional de Facultativos del hospital de Berga. En 2000 se afilió al antiguo Sindicat de Metges de Catalunya (SMC) y, a finales de 2002, participó activamente en la integración de esta organización y la Federació d’Asociacions de Metges d’Hospitals de Catalunya (FAMHOC), que cristalizó en el nuevo sindicato Metges de Catalunya.

Uno de sus primeros grandes retos como presidente de MC fue pilotar, junto al entonces secretario general, Patricio Martínez, la histórica huelga médica de 2006, en la que una media del 84% de los facultativos y facultativas de la sanidad pública y concertada se movilizó durante siete jornadas de protesta, repartidas a lo largo de tres meses, para rebelarse contra las políticas del Departament de Salut. "La fuerte presión asistencial a la que estamos sometidos, las cargas de trabajo, la superación de la jornada de 48 horas semanales y la dificultad para conciliar la vida familiar y laboral son algunas de las consecuencias negativas de un sistema desbordado y mal gestionado", afirmaba en una carta dirigida a la afiliación para arengar a las bases.

Recortes
Dos años más tarde, las consecuencias de la crisis financiera global empezaron a planear sobre el sistema sanitario catalán. Se estaba gestando una ola de recortes sin precedentes y, en una tribuna de opinión publicada en el diario El Punt Avui, Tomàs alertaba: “Vuelven a ser momentos difíciles para la sanidad catalana. El continuo crecimiento de la población, la falta de médicos, el aumento de la presión asistencial y la precarización de las condiciones de trabajo están generando un fuerte malestar entre el colectivo médico y, al mismo tiempo, un desgaste profesional negativo para el sistema. Estas circunstancias perjudican a los estándares óptimos de calidad, pero la administración sanitaria catalana no hace nada por mejorar la situación, sino todo lo contrario”.

Añadía que la sanidad se había convertido en una “fábrica de producción de salud”, donde la productividad y la alta rentabilidad prevalecían por encima de la calidad. “A mayor presión asistencial, menos recursos, menos tiempo para la atención médica, menos tiempo para la formación profesional, menos reconocimiento salarial y menos perspectivas de futuro”, exclamaba.

Boi Ruiz
A finales de 2010, Boi Ruiz accedió a la Conselleria de Salut para ejecutar un plan de austeridad draconiano. En un primer encuentro entre la dirección del sindicato y el conseller, Tomàs pedía al Govern que contara con la opinión del personal facultativo a la hora de reordenar el sistema sanitario, con el objetivo de superar la crisis sin dañar el acto médico.

“El bombardeo de recortes indiscriminados al que está sometida la sanidad catalana, solo con una finalidad económica y sin tener en cuenta las repercusiones en sus profesionales y en la población en general, supone una medida arriesgada que, sin duda, comportará un deterioro global del sistema, con una precariedad laboral creciente y una pérdida de calidad y de servicios irremediable”, señalaba en un artículo publicado en El Periódico a finales de 2011.

En este escrito, defendía una reordenación sanitaria basada en el territorio, la equidad, la sostenibilidad y la eficiencia, donde la atención primaria fuese más resolutiva para descongestionar la llegada de pacientes a los hospitales y la red sociosanitaria, más solvente para ayudar al drenaje de pacientes ingresados en los centros hospitalarios.

De nuevo, las movilizaciones médicas volvían a la calle para protestar contra los recortes. "La salud no es una industria, sino un servicio público y no parece que a las patronales les interese demasiado las repercusiones que tendrán los recortes en la calidad asistencial", aseguraba Tomàs a los medios de comunicación a la salida de una reunión de la Mesa de Salud, órgano impulsado por el Govern para intentar encontrar acuerdos con los agentes sociales que minimizaran los efectos del tijeretazo.

Praxis médica
A mediados de noviembre de 2011, MC convocaba un nuevo paro en los centros sanitarios públicos y concertados para protestar contra los recortes "indiscriminados" del ejecutivo catalán. Tomás reconocía que era una huelga difícil de entender para los usuarios y difícil de asumir para muchos profesionales que ya habían sufrido un recorte salarial considerable, pero subrayaba que la organización no podía quedarse de brazos cruzados mientras se iba “desmantelando” el sistema de salud público. “Muchas veces para apagar un fuego tienes que hacer un contrafuego”, decía en una entrevista en el diario Ara.

Sin embargo, apelaba a la ética profesional del colectivo médico en la Asamblea General de Compromisarios del sindicato de 2012: “Se nos pide que seamos más competitivos para hacer frente a las turbulencias de la crisis, pero los médicos no debemos competir, sino que debemos ser competentes y velar por la buena praxis (...). Nosotros nos debemos a los pacientes y al trabajo bien hecho”.

Aunque auguraba una sanidad “enfermiza y casi agónica” por culpa de las drásticas medidas de austeridad. “No solo hemos tocado hueso, sino que nos hemos llevado el periostio”, afirmaba en una entrevista en 8tv en 2013, a la vez que reclamaba que la profesión pudiese gestionar “la parte que nos toca de la sanidad, porque somos capaces de ser eficientes y de gestionar un ahorro sin estropear la calidad”.

CESM
En medio de esta crisis sanitaria, Tomàs redobló su compromiso con la profesión médica y asumió la Presidencia de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) entre los años 2012 y 2016, desde la que reclamó un marco laboral único y compartido para todos los facultativos y facultativas del ámbito europeo.

Precisamente, en 2015, fue elegido vicepresidente primero de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS), con el propósito de elaborar un documento de bases a la Comisión Europea que sirviese para equiparar las condiciones laborales de los médicos europeos, mediante la aplicación de directivas de obligado cumplimiento en todos los países miembros. "Se trata de encontrar un mínimo común denominador en materias básicas como la jornada laboral, las guardias o la carrera profesional y configurar una especie de convenio europeo", declaraba. 

(Noticia ampliada el 20/01/23)