El delegado de Metges de Catalunya (MC) y presidente del comité de empresa del Parc de Salut MAR de Barcelona, Josep Maria Puig, ha advertido este jueves que los trabajadores no van a consentir "de ninguna manera" nuevos despidos ni más rebajas sociales como propone la dirección de la entidad, para saldar parte de la deuda que arrastra.
En una atención a los medios de comunicación, Puig ha explicado que la empresa quiere despedir 50 trabajadores fijos y suprimir la paga extra de Navidad a 2.700 trabajadores, en parte por culpa de los más de 42 millones de euros que el Servei Català de la Salut (CatSalut) debe al Parc de Salut MAR, circunstancia que ha obligado a la dirección a endeudarse y a pagar anualmente cerca de siete millones de intereses a los bancos.
"No aceptaremos que con nuestros sueldos se paguen las deudas que tiene la empresa", ha afirmado Puig, que no ha descartado la convocatoria de movilizaciones para el otoño, si finalmente el Parc de Salut MAR ejecuta los nuevos recortes. "La situación es indignante, porque el esfuerzo que hemos tenido que asumir los trabajadores en estos últimos años, con una disminución salarial global de alrededor de 20 millones de euros, es superior a la reducción presupuestaria que ha sufrido la empresa", ha añadido.
El anuncio de los nuevos ajustes se produce seis meses antes de que expire el convenio colectivo que firmaron los sindicatos y la dirección del Parc de Salut MAR en el año 2013, gracias al cual se recuperaron algunos de los derechos a los que tuvieron que renunciar los trabajadores para evitar un expediente de regulación de empleo (ERE), que preveía el despido de 194 profesionales.
Urgencias
Puig también ha denunciado el estado "lamentable" del servicio de Urgencias del Hospital del Mar, mientras que continúan paralizadas las obras del nuevo edificio que debía acogerlas y que ya han supuesto un gasto de 27 millones hasta ahora.
La estructura del bloque está prácticamente construida, pero no se ha terminado debido a la situación económica del Parc de Salut MAR. En este sentido, Puig ha lamentado que el Ayuntamiento de Barcelona, que tiene una cuota de representación del 40% en el Consejo Rector de la entidad –el 60% restante corresponde a la Generalitat–, se lave las manos, "aunque asegura tener superávit y se gasta unos 4.000 millones de euros en obras por toda la ciudad".
