El secretario general de Metges de Catalunya (MC), Josep Maria Puig, ha expresado su temor de que los anuncios del Parlament de Catalunya y de la Fundación Princesa de Asturias de reconocer oficialmente a los sanitarios que han estado en la primera línea de lucha contra la COVID-19 "sean un teatro político para intentar poner fin a las reivindicaciones laborales y profesionales del colectivo, y pasar página".
En unas declaraciones a El Món, Puig ha afirmado que las medallas de honor y los premios "ya nos parecerían bien si las administraciones nos valoraran realmente, pero esto no se demuestra con una palmadita en la espalda". Así, ha alertado de que la intención de los políticos con este tipo de agradecimientos puede ser "endulzar" a los profesionales de la salud, "los cuales nos sentimos maltratados en todos los sentidos desde hace mucho tiempo".
La falta de reconocimiento, el déficit de plantilla, la cronificación de la presión asistencial, los bajos salarios, la escasa inversión tecnológica y la insuficiente dotación presupuestaria en salud está poniendo al límite no tan solo al sistema sanitario, sino también a su personal. "La sensibilidad de las administraciones no está a cero sino a menos diez. Son como cubitos de hielo, gente que es capaz de expresar empatía en los discursos oficiales, pero es artificial, porque nos siguen y nos seguirán maltratando a menos que haya una rebelión", ha dicho a Economía Digital.
A modo de ejemplo, la última decisión tomada en plena pandemia de coronavirus por la gerencia del Institut Català de la Salut (ICS) en Girona de negar a los facultativos del Hospital Josep Trueta los descansos que les corresponden por exceso de jornada, una medida que provocó hace una semana la movilización de más de sesenta profesionales, que se concentraron a la entrada del centro, convocados por el sindicato médico.
Pero MC también mira atrás para denunciar la pervivencia de los recortes salariales aprobadas al inicio de la anterior crisis económica. "Con la excusa de aquella recesión, los médicos y las médicas hemos perdido entre un 25% y un 30% de nuestro poder adquisitivo que aún no hemos recuperado", ha lamentado Puig. "Los políticos nos han repetido hasta la saciedad que aquella recesión ya se ha superado, pero si no revierten el tijeretazo, es que nos están robando", ha sentenciado.
Esta es una de las causas, según el dirigente sindical, de la fuga de talento. "El año pasado la mitad de los médicos de familia que se formaron en Catalunya se fueron a Valencia, Aragón o Francia –ha explicado a La Vanguardia–. Nos faltan especialistas en pediatría, medicina familiar, anestesiología, urología y todos ellos son bien recibidos en zonas próximas. A 150 kilómetros te pagan el doble".
Modelo agotado
En los mismos términos, se ha expresado el presidente del Sector de Hospitales concertados de MC, Xavier Lleonart, que ha subrayado a Nació Digital que "el modelo sanitario catalán fue un modelo de éxito, pero se agotó hace diez años con la crisis económica". Este descalabro se ha querido compensar "sacrificando las condiciones laborales y las retribuciones del personal sanitario".
Lleonart ha apuntado a la necesidad de contar con el criterio médico para salir de este callejón sin salida: "El sistema sanitario está en manos de profesionales de la gestión, pero no de profesionales de la salud, y no es lo mismo. Los profesionales se tienen que empoderar de la sanidad". En este sentido, ha reclamado "menos planes de choque y más escuchar a los profesionales". "Los hospitales no pueden ser tratados como si fueran fábricas. Son cosas diferentes", ha añadido.