La saturación de los servicios de urgencias hospitalarios, con casos paradigmáticos como el del Hospital Universitari Vall d'Hebron que esta semana ha llegado a acumular 93 pacientes pendientes de ingreso, algunos de los cuales con esperas de hasta 5 días, demuestra, según Metges de Catalunya (MC), la "incapacidad" de las gerencias para planificar los recursos y para exigir públicamente al Servei Català de la Salut (CatSalut) "la mejora de la dotación económica y humana de los hospitales públicos".
Para el sindicato, el argumento del incremento de la demanda asistencial a consecuencia del brote de gripe que utiliza el Institut Català de la Salut (ICS) para justificar el colapso de los servicios de urgencias "no tiene razón de ser ", ya que se trata de ciclos "perfectamente conocidos y con una periodicidad estable" que permite prever una programación de asistencia adaptada a las necesidades.
Las situaciones "totalmente indignas" que viven los pacientes en cuanto a su derecho a la intimidad y por la falta de confort mínimo durante la estancia en el servicio son una "causa directa de la decisión de cerrar camas y plantas" que son necesarias para el correcto drenaje de los pacientes que requieren ingreso. Además, otro cierre, el de puntos de atención continuada de centros de atención primaria (CAP) ha provocado que las urgencias se llenen de enfermos que con estos dispositivos disponibles no se habrían desplazado a los hospitales.
En este sentido, la organización recuerda que, según los propios datos del CatSalut, el 65% de las urgencias hospitalarias corresponden a patologías sin riesgo vital o a problemas de salud no urgentes que pueden ser atendidos en otros dispositivos (CUAP, PAC, etc.). El cierre en horario nocturno y en días no laborables de estos dispositivos ha supuesto que la frecuentación de las urgencias hospitalarias sea mayor que la de los centros de atención continuada de asistencia primaria (0,44 vistas a urgencias hospitalarias por habitante y año frente 0,28 visitas a urgencias de atención primaria en 2014) "cuando las proporciones deberían ser inversas".
Más profesionales y más camas
El actual escenario de saturación de los servicios de urgencias hospitalarios de la sanidad pública no es un problema menor, tal como concluye un estudio elaborado por todos los Defensores del Pueblo del Estado, incluido el Síndic de Greuges de Catalunya, que alerta de que esta situación "incrementa el riesgo para la seguridad de los pacientes y es causa de un mayor número de efectos adversos" al tiempo que reclama cambios en la organización y en la gestión, "contando con la experiencia de los profesionales". El estudio también critica la gestión de los recursos humanos en los servicios de urgencias, ya que "la presencia suficiente de profesionales especializados y con experiencia en la atención urgente no está garantizada en todas las franjas horarias y todos los días de la semana", circunstancia que hace que "en muchos centros los médicos internos residentes asuman un grado excesivo de responsabilidad en la actividad asistencial".
Para solucionar los problemas de saturación y de falta de recursos que provocan el desbordamiento de los servicios de urgencias, el sindicato médico pide al ICS la reapertura de camas hospitalarias no operativas para aproximarse a los niveles europeos. Actualmente, Cataluña dispone de 1,73 camas públicas por cada 1.000 habitantes, mientras que la media europea se sitúa en 4,8 camas y la española en 3,1.
Además, insta a aumentar la dotación de profesionales en los servicios de urgencias hospitalarios, mejorar los planes de asistencia para los períodos del año más conflictivos, poner en funcionamiento los puntos de atención continuada cerrados desde 2010 y a desarrollar un plan de educación sanitaria para instruir a la población en el buen uso de los servicios asistenciales.