Metges de Catalunya (MC) se muestra preocupado por la falta de sensibilización que evidencian las empresas sanitarias ante los casos de agresión al personal médico, tras conocer que un informe de los servicios jurídicos de una de estas entidades proveedoras ignoraba el protocolo establecido para situaciones de violencia. El desconocimiento también afecta a los departamentos de Recursos Humanos que a menudo no activan el procedimiento regulado para dar apoyo legal y profesional a los facultativos agredidos.
"No puede ser que cada vez que se produce una agresión a un facultativo tengamos un muestrario de cosas que no se deben hacer y que las hacen desde el director del centro, hasta el jefe de Recursos Humanos o, incluso, a veces el asesor jurídico de la propia empresa. No se puede culpabilizar al profesional de una agresión y eso es muy frecuente", se ha quejado el secretario general de MC, Francesc Duch, durante una entrevista en Ràdio 4.
Duch ha reclamado una mayor preparación a los responsables de las empresas sanitarias para afrontar correctamente la problemática y desplegar los protocolos de prevención y de gestión de agresiones con el objetivo de acompañar, en todo momento, al profesional agredido y ofrecerle la asistencia necesaria.
En 2015 se registraron en Catalunya 44 agresiones a facultativos, cinco menos que el año anterior, mientras que en todo el Estado español la cifra fue de 361 casos, frente a los 344 de 2014, según los últimos datos de la Organización Médica Colegial (OMC). "Entendemos que estas agresiones son la punta del iceberg, porque hay muchos casos ocultos que no se denuncian", ha explicado Duch.
No obstante, ha advertido que las agresiones pueden provocar, además de lesiones físicas, estrés postraumático, ansiedad o burnout en los facultativos, factores que pueden afectar la relación médico-paciente y la calidad asistencial. "A veces, el médico agredido puede modificar su ejercicio, a menudo sin darse cuenta, y esto puede conllevar una medicina defensiva y, por tanto, un aumento de prescripciones, derivaciones y solicitudes de pruebas complementarias que acaban repercutiendo en los costes asistenciales y pueden generar iatrogenia".
Las causas que motivan las agresiones al personal médico son, entre otras, las discrepancias con la atención médica (36%), las discrepancias personales (15%), los tiempos de espera (14%) y el no recetar lo que pide el paciente (11%). En este último caso, en Catalunya se podrían evitar cinco agresiones anuales, según Duch, si se suprimiera la limitación temporal que impide a los médicos especialistas prescribir medicamentos mediante la receta electrónica por un periodo superior a 60 días, lo que fomenta la prescripción inducida de los médicos de familia y pediatras que deben renovar la receta o redirigir el paciente al especialista para que le prorrogue el tratamiento.
La mitad de las agresiones registradas en el Estado se han producido en las consultas de atención primaria (53%), seguidas de las hospitalarias (18%), las urgencias de atención primaria (10%) y los servicios de urgencia de los hospitales (8%).