Las reiteradas advertencias de los facultativos sobre la precariedad del sistema sanitario catalán se reflejan ya en los principales indicadores de calidad y en la experiencia de los propios usuarios de la sanidad pública. Cataluña se encuentra en la cola del Estado en cuanto a las listas de espera quirúrgicas y la valoración ciudadana también se sitúa en la parte baja de la clasificación, según el último informe de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). El empeoramiento generalizado del sistema es, pues, una realidad palpable y cuantificable. En este mismo sentido se ha expresado la delegada de Metges de Catalunya (MC) en el Hospital Joan XXIII, Tani Francesch, en un reportaje sobre el estado de la sanidad catalana publicado por el Diari de Tarragona: “La situación es muy preocupante, hemos ido cayendo cada vez más bajo, cuando hace unos años estábamos arriba. No sé si existe una incompetencia de quienes nos han llevado o una connivencia en busca de un objetivo determinado, hacia otro modelo. Pero sea por una cosa u otra, yo llevo 33 años haciendo asistencia y esta época es de las peores”.
En el mismo reportaje, el secretario general de MC, Xavier Lleonart, ha alertado de que el sistema está "agonizando", atenazado por un presupuesto de Salud insuficiente para cubrir las necesidades asistenciales y por una "crisis de profesionales" que amenaza la sostenibilidad del servicio sanitario público. Para revertirlo, Lleonart reclama un incremento presupuestario que alcance los 15.000 millones de euros anuales. "Las necesidades han cambiado mucho, no puedes asumir con el presupuesto de 2008 lo que se necesita en 2022. La población está más envejecida, los tratamientos son más sofisticados, hay más necesidades diagnósticas, con aparatos de mayor tecnología", argumenta el responsable sindical.
Por lo que se refiere a los profesionales, Lleonart asegura que una de las prioridades del esfuerzo inversivo debe ser “la mejora de las condiciones laborales y retributivas de los profesionales, afrontar el relevo generacional, el incremento de plantillas de facultativos y la renovación de los equipamientos”.
Por su parte, Francesc cree que es “muy triste” la deriva la sanidad pública hacia un modelo “muy precario, de mínimos, casi de beneficencia, para que, quien pueda permitírselo, se vaya a la privada y el que no se quede colgado”. Como Lleonart, la delegada del sindicato médico apunta a la mejora de la financiación y a una reforma del sistema que pasa por "más recursos" y por "discursos asistenciales y no políticos". Así, reivindica "algo más que buenas palabras, una planificación a largo plazo".