Metges de Catalunya (MC) ha dado un paso adelante para remediar el “bajón sin freno” en el que se encuentra el sistema catalán de salud y ha dado el pistoletazo de salida a un nuevo ciclo de movilizaciones del colectivo médico que empezará con dos jornadas de huelga total los días 25 y 26 de enero de 2023. El paro, al que están llamados a adherirse los 25.000 facultativos que trabajan en el Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública (SISCAT), llega después de los diferentes gritos de alerta lanzados por la organización sobre la degradación de la sanidad pública que "no han tenido una respuesta decidida y concreta" por parte la Administración. MC ha asegurado que las reivindicaciones que formula son un "helicóptero de rescate" para garantizar la supervivencia del sistema, que se ve "gravemente amenazado" por la "desafección de los profesionales médicos" y la "nula capacidad de captar y retener las nuevas generaciones de facultativos”.
En un "enésimo ejercicio de responsabilidad", la organización ha ofrecido al Departament de Salut un "amplio tiempo de negociación" para intentar alcanzar un acuerdo que evite el inicio de las movilizaciones. Con todo, el sindicato ha avisado de que sólo "medidas contundentes" y "mejoras sustanciales", con un calendario de aplicación definido y consensuado, podrán alterar sus planes de actuación. En este sentido, ha añadido que, si no se logra un pacto "objetivamente satisfactorio", la protesta no se detendrá después de los dos días iniciales de huelga.
MC, fuerza sindical que representa mayoritariamente al colectivo de facultativos catalanes con más de 11.500 afiliados, ha reprochado a Salut su "desconocimiento y falta de control" sobre el personal médico de la sanidad pública. "Cuantificar y registrar los facultativos que trabajan actualmente en el sistema es imprescindible para planificar la necesidad de profesionales a corto, medio y largo plazo", ha afirmado la organización.
La falta de profesionales médicos es precisamente uno de los problemas más graves que presenta el sistema. Un problema que se verá agravado por la jubilación de 9.000 facultativos en Catalunya en los próximos diez años, según alertan los estudios de demografía médica. El relevo de esta generación de médicos no será posible si no se mejoran las condiciones laborales y retributivas que se ofrecen en el colectivo. “No es verdad que no haya profesionales. No hay quien quiera trabajar con las condiciones de sobrecarga, desprecio y precariedad que se ofrecen en el sistema sanitario público”, ha sentenciado el sindicato.
Mejorar las retribuciones y las condiciones de trabajo es un deber “ineludible” para que el ejercicio de la medicina en la sanidad pública recupere el atractivo y se detenga la fuga de profesionales que encabeza Catalunya como la comunidad autónoma con más peticiones de certificados de idoneidad (1.163 en 2021) para trabajar en el extranjero. “La presión asistencial, las extenuantes y prolongadas jornadas de trabajo y las bajas retribuciones repelen a los facultativos, que pueden encontrar de forma fácil ofertas laborales en otros países que ofrecen muchas mejores condiciones”.
La última convocatoria de plazas MIR, ha explicado MC, sirve como ejemplo de la carencia de atractivo del sistema. A pesar del incentivo de entre 5.000 y 9.000 euros anuales que ofreció Salut para que los nuevos residentes escogieran las 370 plazas de medicina familiar y comunitaria que ofrecía Catalunya en el 2022, 71 quedaron desiertas y, tras un segundo proceso extraordinario de adjudicación, 14 plazas quedaron vacantes definitivamente. "Las 50, 60 o 80 visitas diarias que hacen los médicos de familia, con cinco minutos o menos para atender a cada paciente, son la peor publicidad de cara a formar nuevos especialistas", ha explicado el sindicato.
Y es que el síndrome de agotamiento profesional o burnout afecta a uno de cada tres facultativos, según diferentes encuestas, y su incidencia es especialmente elevada en la atención primaria, concretamente entre el colectivo de médicos con edad comprendidas entre los 31 y 50 años. En este sentido, el último estudio sobre la Situación de la Profesión Médica en España, realizado en 20.000 facultativos justo antes de la pandemia, señala que el 35% de los médicos se declara insatisfecho con su ejercicio profesional, con la sobrecarga de trabajo (65,2%) y el elevado nivel de exigencia (33%) como los principales motivo de insatisfacción. Además, el 56% se sienten emocionalmente cansados y el 44% tiene dificultades de conciliación.
El desgaste y déficit de profesionales influye directamente en la calidad de la asistencia. Así, las listas de espera se sitúan en cifras históricas y son "vergonzosas", en palabras del conseller Manel Balcells. El sistema tiene problemas de accesibilidad, tanto en el primer nivel asistencial como en las consultas externas de los especialistas, y cada vez son más los pacientes que optan por los seguros privados, que en pocos años han pasado de cubrir el 25% a casi el 40 % de la población catalana. "Si no se actúa, si no hay más inversión, si no se tratan mejor a los profesionales, será la muerte de la sanidad pública", ha remachado MC.
Por todo ello, y escuchando el malestar del colectivo médico que reclama coraje y contundencia a la organización, MC toma la decisión de abanderar una movilización histórica que “se convierta en el motor de la reconstrucción del sistema sanitario público”.