El pasado jueves, 18 de abril, una veintena de afiliados y afiliadas de Metges de Catalunya (MC) asistieron a un nuevo curso de formación médica en la sede del sindicato, en esta ocasión sobre el prolapso urogenital femenino. Dicha patología se ocasiona por la desestructuración del suelo pélvico y, aunque no acostumbra a visibilizarse mucho ni a recibir la importancia que requiere, es muy frecuente entre las mujeres. De hecho, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), una de cada diez recibirá cirugía a lo largo de su vida por un prolapso urogenital.
La Dra. Sònia Maireles, ginecóloga de la Unidad de atención a la salud sexual y reproductiva (ASSIR) de Granollers, y Mireia Grossmann, fisioterapeuta, divulgadora y sexóloga, especializada en reeducación abdominopélvica, fueron las encargadas de adentrar a los y las alumnas de la formación en dicha área de la salud femenina.
La primera, presentó de forma teórica, pero “muy distendida y gráfica”, los diferentes tipos de prolapso que existen y las opciones terapéuticas –quirúrgicas y conservadoras– para tratarlos. “Debemos ser conscientes de la importancia de la atención del suelo pélvico, así como de la de personalizar los recursos y tratamientos para cada mujer en función de su momento del ciclo vital”, destacó la doctora. Por su parte, Grossmann explicó de forma muy “dinámica y cercana” qué se puede hacer para reforzar y ejercitar el suelo pélvico, proponiendo varios ejercicios prácticos y métodos para tratar y rehabilitar las musculaturas implicadas.
“La Dra. Maireles recogió información muy útil para la realidad que vivimos en consulta, facilitando el abordaje de dicha patología a las especialidades que no son propiamente la ginecología”, ha subrayado una médica de familia que asistió al curso. En cuanto a la parte práctica, los participantes han destacado la “gran utilidad” de los ejemplos expuestos para aplicarlos en situaciones de la vida diaria y poderlos explicar fácilmente a los pacientes. “Ambas ponentes demostraron una gran empatía al pensar en situaciones cotidianas y adaptar la formación a la vida real para que podamos poner en práctica estos nuevos conocimientos adquiridos”, ha concluido otra asistente.