Los pasados días 21 y 28 de mayo, una cincuentena de afiliados y afiliadas de Metges de Catalunya (MC) asistieron –presencial o virtualmente– al curso de formación médica sobre sinhogarismo y salud organizado por el sindicato. Este es el máximo exponente de la exclusión social, y el sistema sanitario no puede quedar ajeno a esta realidad. Por esto, MC considera fundamental que los facultativos y las facultativas dispongan de los conocimientos necesarios sobre las enfermedades y los trastornos que afectan a las personas sin hogar, así como sus opciones de tratamientos y las actitudes de rechazo o discriminación que pueden llegar a sufrir.
La Dra. Beatriu Bilbeny, médica de familia en el CAP Raval Sur y coordinadora del grupo de trabajo multidisciplinario #SaludSinHogar, y el Dr. Daniel Roca, médico de familia en el CAP Raval Sur y colaborador de la Fundación Arrels, fueron los encargados de aproximar al alumnado de la formación a los problemas relacionados con vivir en la calle desde una mirada sanitaria, teniendo en cuenta la extrema exclusión social y sanitaria que esto conlleva.
En la primera jornada se profundizó sobre qué es el sinhogarismo, cuál es su prevalencia, cuáles son los perfiles más comunes de personas sin hogar, así como las patologías y comorbilidades que tienen frecuentemente asociadas. En la segunda, se abordaron temas como la reducción de daños, traumas, el estigma en el acceso a la salud de las personas sin hogar, y propuestas de mejora social y de salud para el colectivo, finalizando con una presentación de casos clínicos para ilustrar algunos de los clichés y cómo abordarlos desde la entrevista clínica y la exploración médica pertinente. Además, se dedicó un espacio para abordar el tema con visión de género, visibilizando la especial vulnerabilidad de las mujeres que viven en la calle y la elevada frecuencia de maltratos y abusos sexuales que sufren.
“Ha sido un curso muy instructivo y útil que me ha removido mucho, ya que me ha permitido conectar con pacientes atendidos y situaciones clínicas vividas para las cuales ahora dispongo de nuevas herramientas para poner en práctica”, ha expresado una psicóloga que asistió a la formación. Por su parte, una médica de familia ha manifestado que el curso le permitió “conectar con el miedo a la vulnerabilidad propia”, que a veces la lleva a disfrazarse de “profesional estricta y poner barreras ante las situaciones tan incómodas y, a la vez, injustas que muestran estos pacientes”. “Me ha hecho reflexionar sobre la importancia de combinar profesionalidad y humanización siempre, y sobre cómo invertir en prestaciones sociales supondría una mejora impactante en la atención a las personas sintecho”, ha concluido otra participante.