Metges de Catalunya (MC) ha tenido acceso al borrador de Anteproyecto de Ley del Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud que el Ministerio de Sanidad ha facilitado a las organizaciones sindicales presentes en la mesa de negociación que se reunirán el próximo 22 de enero para discutir la propuesta ministerial. Tras una lectura minuciosa del texto, MC considera que Sanidad ha errado completamente el espíritu que debía orientar la reforma del Estatuto Marco. En lugar de ofrecer una mejora inequívoca de las condiciones de trabajo para que la sanidad pública sea el ámbito profesional de referencia, apostando por la calidad y el prestigio, de manera que el Sistema Nacional de Salud (SNS) recupere su capacidad de seducción y devenga una aspiración para las nuevas generaciones de sanitarios, el ministerio opta por la imposición, la prohibición y las restricciones laborales con el objetivo de tener maniatados a los profesionales.
Entrando en detalle del documento, el sindicato mayoritario de los facultativos catalanes identifica cuatro focos principales de conflicto. En primer lugar, el establecimiento de la nueva clasificación profesional de acuerdo con el Marco Español de Cualificaciones para el Aprendizaje Permanente (MECU) cuya plasmación supone un ejercicio de trilerismo, ya que el mismo Estatuto Marco niega los efectos retributivos de la reclasificación. Por otro lado, pese a reconocer que al personal médico le corresponde un nivel 8 del MECU y al de enfermería un nivel 6, agrupa a ambos colectivos en el subgrupo profesional A1. Esto puede repercutir en las futuras negociaciones de relaciones laborales de ámbito autonómico, público y concertado.
En segundo lugar, a pesar del debate público y el consenso del colectivo médico respeto a la necesidad de eliminar las guardias de 24 horas, la propuesta de reforma perpetua un modelo de atención continuada prácticamente exclusivo de la sanidad española que lleva a límites insostenibles la jornada laboral de los médicos. La fijación de guardias de 17 horas (sumando jornada ordinaria y complementaria) será sumamente dificultosa, puesto que plantea muchas dudas a nivel organizativo y de horario. Así, teniendo en cuenta que el propio texto estatutario prevé excepciones y causas que permiten mantener las guardias de 24 horas, muchas administraciones sanitarias optarán por continuar como hasta ahora, alegando razones organizativas o asistenciales. Además, el documento prohíbe que el descanso tras una jornada de guardia pueda computarse como tiempo efectivo de trabajo, lo que supone un paso atrás y una supresión de derechos adquiridos por muchos profesionales que han logrado un acuerdo en este sentido en sus respectivas empresas.
Otra de las medidas que ha encendido los ánimos de los médicos es la determinación de la exclusividad del ejercicio profesional en la sanidad pública para los jefes de servicio. Si bien se puede entender que el ministerio persigue que todo el esfuerzo, dedicación y talento de estos cargos intermedios se destine al SNS, con equidad y transparencia, de nuevo, la coerción no puede ser el instrumento para lograr tal objetivo. En lugar de mejorar las condiciones de trabajo y prestigiar el ejercicio público para captar a los profesionales, la Administración se inclina por el ordeno y mando. Una política que podría resultar contraproducente en el momento que los médicos sitúen sobre la balanza las condiciones que ofrece el sector público y las compare con el sector privado. La exclusividad obliga a elegir y, teniendo en cuenta la infradotación de recursos del SNS, que conduce en muchos casos a la precariedad, la presión asistencial y el agotamiento, no serán pocos los facultativos que se plantearán el ejercicio en el ámbito privado, cuya necesidad de plantilla es creciente debido al incremento sostenido de la suscripción de pólizas por parte de la población.
Finalmente, los MIR, las generaciones que deben garantizar la continuidad de nuestra sanidad pública también manifiestan su indignación —y disposición a movilizarse— por la medida incluida en la propuesta de reforma del Estatuto Marco que establece la dedicación exclusiva en el SNS durante los cinco años posteriores a la obtención de título de especialista. Bajo el amparo del supuesto interés público se coarta la libertad y se condiciona la carrera profesional de los médicos jóvenes para retenerlos por la vía del castigo y no de la motivación y la ilusión.
MC muestra su profunda decepción con los planteamientos de Sanidad y lamenta que la ministra Mónica García haya hecho caso omiso a las demandas que le trasladó, juntamente con la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) y el Sindicato Médico de Euskadi (SME), en una reunión celebrada en junio de 2024. Para la organización es incomprensible que el enfoque de Sanidad sea el del puño cerrado y no el de la mano abierta. Cuando todos los análisis y estudios concluyen que el bienestar profesional, basado en unas condiciones laborales y profesionales estimulantes, es determinante para la sostenibilidad del sistema, la Administración sanitaria, a diferencia de los países de nuestro entorno más inmediato, aplica políticas pretéritas de acatamiento y obediencia.
MC: "Sanidad apuesta por un Estatuto Marco que impone y restringe, en lugar de seducir y motivar. No es lo que la profesión médica reclama y necesita"
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