Para conmemorar el Día Mundial de la Médica y el Médico de Familia, que desde 2010 se celebra todos los 19 de mayo, Metges de Catalunya (MC) ha organizado este viernes un debate sobre la situación de la especialidad "más denigrada por la Administración”. Bajo el título "Presente y... ¿futuro? de la medicina de familia. Una visión transgeneracional", el sindicato ha invitado a tres profesionales, de tres generaciones diferentes, para hablar de sus experiencias, visiones, inquietudes y motivaciones respecto al ejercicio de la medicina familiar y comunitaria.
Lourdes Franco, secretaria de atención primaria ICS de MC, ha moderado el debate que ha contado con la participación de Mireia Santamaria, número 349 de la última convocatoria del examen MIR que ha escogido medicina de familia y se incorporará a la Unidad Docente de Barcelona Ciudad para empezar la especialidad, Pau Román, médico de familia del CAP Rambla de Terrassa y Ana Maria Retamero, médica de familia del CAP Rambla de Ferran de Lleida.
Para empezar el debate, Lourdes Franco ha recordado el contexto actual del sistema sanitario con "cada vez menos médicas de familia" y con profesionales "cada vez más enfadadas". Las amenazas para la supervivencia de la especialidad "son muchas" y parece que el futuro es "poco esperanzador", ha asegurado, pero, "¿y si no fuera así?", "¿hay luz al final del túnel?"
Mireia Santamaria (25 años) ha afirmado que "se sienten muchas cosas" de la especialidad, pero, a pesar de poder elegir cualquier otra, su apuesta ha sido por la medicina familiar y comunitaria. “Te puedes quemar en cualquier sitio, por eso prefiero una especialidad que me gusta y me llena que otra, en la que quizás se vive mejor, pero que no me gusta”. La próxima residente ha reflexionado sobre la necesidad de dotar de más prestigio a la medicina de familia porque "es muy completa" y "hay que saber mucho". Según Santamaria, convendría que los propios facultativos y las entidades que los representan hicieran más "marketing positivo" para explicar una especialidad que representa la "medicina de verdad".
Por su parte, Pau Román (32 años) ha remarcado el trabajo en equipo y el trato directo y cercano con los pacientes como las partes más positivas de la especialidad, y la saturación como la parte más negativa. La medicina de familia, ha destacado, "tiene mucho margen de mejora". Por este motivo, ha apostado por la movilización y la lucha por conseguir los cambios necesarios. "No es suficiente con quejarse, hay que implicarse y remangarse para que cambien las cosas", ha dicho. En este sentido, ha recordado que MC es la "herramienta" para que el sistema "se transforme y mejore". Román también ha defendido la medicina familiar y comunitaria como "fundamental para que las personas estén más sanas y se sientan más felices". Una realidad avalada por los estudios científicos, pero que "yo mismo, desde mi consulta, he visto cuándo he podido hacer bien mi trabajo".
Ana Maria Retamero (64 años) ha repasado sus 34 años de trayectoria profesional ejerciendo como médica de familia, en la que ha desarrollado diferentes tareas, incluida la de directora de un CAP. "Confío en las personas y su criterio racional", ha expresado. En cuanto a las actuales condiciones de trabajo, ha recomendado a sus compañeros y compañeras que "encuentren el equilibrio" y no se dejen presionar por las empresas que, en ocasiones, "imponen decisiones y actuaciones que van en contra de lo que uno mismo cree”. En la misma línea que los demás ponentes, Retamero ha reclamado respeto para una especialidad que debe defenderse en todos los ámbitos, "como yo misma hago".