Esther Ros, en su consulta del CAP Passeig de Sant Joan. Foto: Mireia Comas
Esther Ros, médica de familia del CAP Passeig de Sant Joan de Barcelona y delegada de Metges de Catalunya (MC) ha concedido una entrevista al diario digital el Món donde ha valorado la situación de la atención primaria de salud y de los especialistas en medicina familiar y comunitaria. La sobrecarga de trabajo es, una vez más, el gran agujero negro del sistema. "Lo que nos enferma es ver que no damos abasto, que no tenemos tiempo, que hay varias personas citadas a la misma hora. Parece que no se respeta nuestro trabajo", ha expresado.
Aunque también sería necesario incrementar las retribuciones para aproximar los salarios médicos a los de los países más cercanos, Ros ha opinado que con la mejora de las condiciones laborales se daría un paso adelante para retener a los profesionales, especialmente a los jóvenes residentes. "Los estudiantes ven cuál es nuestro día a día y nuestras agendas. No quieren tener estas condiciones. Si en vez de tener cuarenta visitas tuviéramos veinte, tendríamos más tiempo para visitar correctamente y enseñar a los estudiantes que vienen. El hecho de que conozcan la especialidad haciendo rotación también hace que no quieran elegirla", ha explicado.
La delegada de MC ha asegurado que es necesario dar a conocer la medicina de familia desde las facultades y que hay que visibilizar su trascendencia clínica, ya que se ha demostrado que, con una atención primaria fortalecida, "disminuyen las visitas a Urgencias, bajan los ingresos y se reduce la mortalidad".
En cuanto a la lista de espera para conseguir cita en los CAP, Ros ha afirmado que es variable, pero que las visitas se fuerzan, aunque las agendas estén llenas. La falta de facultativos es la principal causa de la demora, porque, aunque se han incorporado nuevos perfiles profesionales, "no tienen capacidad resolutiva porque no tienen agenda y quien acaba resolviendo el 80% de los problemas de salud somos los médicos, que no hemos aumentado en número. Aún no nos hemos recuperado de los recortes de 2010 y, en cambio, tenemos mucho más trabajo, 10 millones de visitas más anuales con menos personal", ha argumentado.
Sin embargo, Esther Ros cree que todavía sería posible revertir la situación si hubiera voluntad política. "Si tuvieran interés en hacer atractivas las condiciones laborales y que las salariales fueran más competitivas, quizás conseguirían que casi el 100% de los residentes que formamos se quedaran. Con esto, si amplían las plazas MIR de familia, mejoraría la situación".