Lleonart: "La financiación del sistema sanitario no debe depender de la voluntad política"

Xavier Lleonart

En un artículo de opinión publicado en el diario Ara, el secretario general de Metges de Catalunya (MC), Xavier Lleonart, ha radiografiado el modelo sanitario catalán, el cual "ha llegado al final de su camino" tras los recortes y la pandemia. El responsable sindical ha señalado que el sistema de salud, "basado en la accesibilidad y la universalidad de la asistencia, con unos estándares de calidad muy elevados", hasta ahora se ha sostenido por el sobreesfuerzo de sus profesionales, que "llegaba allí donde la financiación pública hacía corto”.

Pero en estos momentos, la sanidad pública vive una "tormenta perfecta", según Lleonart, con un sistema "muy debilitado", unos profesionales "agotados y desmotivados", y una población envejecida que "cada vez más, percibe la degradación de la sanidad pública que había conocido”.

La crisis de modelo se explica, en gran parte, por la infrafinanciación sanitaria, apunta Lleonart. Una estrategia de "sanidad low cost" que "no tiene más recorrido si queremos conservar un servicio público esencial y sus principales activos: la universalidad, la equidad, la gratuidad y la calidad asistencial". Pero también se explica por la crisis de profesionales que sufre el sistema. La jubilación de los facultativos de la generación 'baby boom', "abnegada y comprometida, que durante muchos años ha puesto por delante la vocación de servicio a sus propias condiciones laborales", y su repuesto por jóvenes profesionales que "no encuentran el reconocimiento ni las oportunidades que desearían, adaptadas a una cultura laboral que busca mucho más el equilibrio entre la vida personal y el trabajo”.

Nuevos cimientos
Por todo ello, el secretario general del sindicato médico apuesta por reconstruir "desde cero", el modelo de sanidad pública postpandemia, "aprendiendo de los errores y aprovechando también toda la experiencia positiva, que es mucha".

Así, Lleonart establece cuatro fundamentos básicos sobre los que edificar el nuevo sistema:

  1. La sanidad pública no puede tener la misma consideración que una empresa o negocio. La gestión mercantil, el lenguaje de las escuelas de negocio y el marketing (eficiencia, productividad, coste-beneficio, etc.) no pueden ser el único patrón de evaluación de la calidad del sistema. No es mejor médico quien realiza más visitas, sino quien está más al lado de sus pacientes.
     
  2. La planificación de infraestructuras y profesionales es la piedra angular del sistema. La salud de la población no puede depender de su código postal. No es ético prescindir de un recurso asistencial porque "sólo hace de media una visita por la noche", al igual que una dotación de bomberos no se puede cuestionar porque "interviene en pocos siniestros".
     
  3. El sistema debe generar confianza y bienestar a sus profesionales. Una entidad pública como el Instituto Catalán de la Salud (ICS) no puede tener un 60% de su plantilla temporal. La Administración debe ser garantista y ejemplificante, ofreciendo condiciones de trabajo dignas.
     
  4. La financiación del sistema sanitario no debe depender de la voluntad política. La necesidad de recursos es objetivable y la necesidad de que los profesionales estén bien reconocidos también lo es. Para retener el talento es necesario igualar –o acercarse mucho más– las condiciones laborales y retributivas que se ofrecen en el entorno más inmediato.”

Por último, Lleonart cuestiona el plan anunciado por el Departamento de Salud que prevé invertir 449 millones de euros en la atención primaria entre los años 2022 y 2024, la mayor parte de ellos destinados a la construcción de 62 nuevos CAP. “¿Con qué profesionales se llenarán estos equipamientos? Esta pregunta no se responde y es la más importante. ¿De dónde saldrán los facultativos que tendrán que prestar la asistencia a los nuevos y flamantes CAP si no se encuentran para cubrir las plazas de los centros que ya están en funcionamiento?”, se pregunta el mandatario que considera incomprensible un incremento de la inversión sanitaria que "no comporte una mejora sustancial de las condiciones de trabajo de los profesionales, especialmente del personal facultativo".