El personal facultativo que presta asistencia en los dispositivos de atención primaria del Institut Català de la Salut (ICS) se ha concentrado este miércoles –segundo día de la huelga convocada por Metges de Catalunya (MC) con un seguimiento del 45%– ante el Departament de Salut, en Barcelona, para hacer las maletas y despedirse del sistema sanitario público catalán, "harto del maltrato, la sobrecarga asistencial y la precariedad laboral" que padece.
Unos 300 profesionales han plantado su equipaje, con etiquetas de facturación gigantes, a las puertas de Salut, con destinos a comunidades autónomas y países como Aragón, Valencia, Francia, Reino Unido, Irlanda, Italia o Alemania, "donde nos ofrecen unas condiciones profesionales, laborales y retributivas dignas". Con esta acción, el colectivo ha querido hacer visible que el "maltrato continuado" de la Administración los "expulsa" de la sanidad catalana.
Durante la protesta, en la que se han gritado consignas como "¡Queremos dignidad!", "Alba Vergés, no has entendido nada", "¡El ICS se esconde, huelga, huelga, huelga!" y "Menos corbatas y más batas", se ha leído un manifiesto reivindicativo sobre la "agonía" de la atención primaria. En el texto, se ha recordado la pérdida de 900 facultativos "que no se han recuperado", como consecuencia de los recortes sanitarios aplicados durante los últimos 10 años. Además, se ha criticado la rebaja acumulada del 17% del presupuesto destinado al primer nivel asistencial.
Asimismo, los profesionales han denunciado que casi un 50% del personal facultativo de menos de 45 años tiene un contrato laboral precario y dificultades para conciliar su vida profesional y personal, y han asegurado que el agotamiento ha comportado que el 31,7 % se haya planteado dejar la atención primaria, porque se siente "explotado, colapsado y mal pagado". En este sentido, han afirmado que Catalunya es la comunidad que pierde más facultativos y la que lidera la petición de certificados de idoneidad para ejercer la medicina en el extranjero.
Los facultativos de la atención primaria han acusado de "desidia" y "negligencia" a Salut, ya que confía la sostenibilidad del sistema en la "buena voluntad de los profesionales", y han afirmado que las dificultades para retener y captar el talento médico dibujan un "futuro muy oscuro" para una atención primaria "moribunda".