Metges de Catalunya (MC) advierte, casi un año después del inicio de la pandemia de COVID-19, que la situación en la red sanitaria de atención primaria sigue siendo desesperante, debido, sobre todo, a la falta de recursos humanos y a la avalancha de trabajo que desborda las consultas. "Vamos a la deriva. No podemos ver el final del túnel y el personal está muy cansado", explica la nueva secretaria del Sector Primaria ICS del sindicato, Lourdes Franco, que añade que, a la desmotivación general de las plantillas, ahora se le suma el cansancio permanente.
En unas declaraciones al medio francófono Equinox, la dirigente sindical apunta que la irrupción de la teleconsulta ha cambiado la esencia misma de la profesión y ha sobrecargado de responsabilidad la praxis médica. "Sin ver ni tocar al paciente, estamos inseguros y estresados por no hacer el diagnóstico correcto", señala. Además, confiesa que, a pesar de la rápida reorganización y adaptación de los equipos asistenciales al nuevo escenario pandémico, los tiempos de espera asistenciales continúan creciendo y el sistema roza el colapso.
"El número de visitas en una jornada varía según el centro de atención primaria (CAP) y los habitantes que tanga asignados, pero diariamente puedo llegar a hacer 10 consultas presenciales y 40 virtuales. En días muy intensos, puedo atender hasta 60 visitas en total. Son cifras vertiginosas", exclama Franco que, a continuación, se sincera: "Te lo tienes que tomar con filosofía, pero te aseguro que después de 40 consultas, mis capacidades para tratar a los pacientes son menores".
Por otra parte, el actual vicesecretario general de MC y delegado de atención primaria, David Arribas, describe así, a El Periódico, la situación que vive el primer nivel asistencial en plena tercera ola de la pandemia: "Colapso, frustración, rabia y desesperación".
Reconoce que hay un "descontrol" en la atención de las enfermedades no COVID, especialmente en aquellos pacientes que no acuden a su CAP, ya sea por miedo a contagiarse o bien porque infravaloran su dolencia, dado que su preocupación es no infectarse de coronavirus, y coincide con otros compañeros de profesión en denunciar la falta de inversiones y de nuevas contrataciones. Según Arribas, esta escasez de recursos provoca una menor atención de miles de enfermos no COVID.