Un estudio publicado recientemente por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER por sus siglas en inglés) alerta de importantes diferencias en la productividad asistencial en función de qué profesional –médico o enfermero– atiende a los pacientes que llegan a Urgencias. Después de analizar datos de la Administración de Salud de Veteranos estadounidense, los autores del trabajo han concluido que los enfermeros practicantes obtienen “peores resultados” para los usuarios.
El informe indica que, teniendo en cuenta que la formación de estos es más reducida y no tiene la experiencia médica de los facultativos y facultativas, la duración del ingreso hospitalario o del periodo de recuperación de los enfermos aumenta en un 11% cuando son atendidos por personal enfermero sin supervisión médica. Dado que necesitan más tiempo para evaluar cada caso, hay retrasos también durante la atención y el diagnóstico, pues a menudo han de consultar dudas con un médico o médica.
Teniendo en cuenta esta situación que se vive en Estados Unidos, Metges de Catalunya (MC) pide a la Administración que vincule el rol competencial de cada profesional sanitario a su oficio para incrementar la productividad y la efectividad del servicio de Urgencias, evitando así situaciones como esta. Y es que el estudio sostiene que la toma de decisiones del personal de enfermería es “más pobre” y, por eso, es más probable que pidan pruebas innecesarias para el paciente que solo sirven para ralentizar el proceso asistencial y aumentar el gasto. De hecho, el informe manifiesta que incrementan en un 7% el coste de la atención urgente, que se traduce en unos 66 dólares –60 euros– más por persona.
Precisamente, el sindicato lucha para dejar claras las prácticas propias de cada profesión y, así, evitar situaciones de intrusismo, las cuales en el sector sanitario se dan cada vez con mayor frecuencia. En este sentido, MC recuerda que en ningún caso quiere actuar en contra de los profesionales de enfermería, sino que se limita a defender el colectivo médico ante la promoción que a menudo hace la Administración de delegar tareas y procedimientos para intentar “esconder” la falta de personal facultativo que hay en los centros de salud catalanes.
En lugar de atribuir cada vez más tareas propias de la medicina a otros profesionales sanitarios para intentar asumir la totalidad de la demanda asistencial sin incrementar costes, el Govern ha de entender que lo que necesita la profesión –y la ciudadanía en general– es que se destinen más recursos. Así pues, con más personal facultativo y unas mejores condiciones laborales, se conseguiría retener más talento médico en el territorio, posibilitando ofrecer a la población un servicio de salud productivo, óptimo y de calidad.