MC pide seguir el ejemplo de Canadá y estudiar también en Cataluña los efectos postoperatorios según el sexo de quien opera

Una operació en un quiròfan de l'Hospital de Bellvitge

Un estudio elaborado por investigadores del hospital Mount Sinai de Toronto (Canadá) a partir de los informes médicos de más de un millón de pacientes sometidos a cirugías comunes –tanto programadas como de urgencia– entre los años 2007 y 2019 ha revelado que aquellos que fueron operados por una mujer sufrieron menos efectos postoperatorios adversos que los que lo fueron por un hombre.

Según exponen los resultados de este análisis, publicados el pasado 30 de agosto en la revista Jama Surgery, el 13,9% de las personas que fueron intervenidas por un cirujano sufrió uno o más efectos adversos en los 90 días posteriores a la operación, ante el 12,5% de las tratadas por cirujanas. En cuanto a las consecuencias producidas en el plazo de un año, la diferencia entre los efectos en las operaciones lideradas por hombres y mujeres todavía es mayor, pues los porcentajes son del 25% y del 20,7%, respectivamente.

Uno de estos efectos es la tasa de mortalidad, la cual fue del 0,8% a los tres meses y del 2,4% al cabo de un año en el caso de las intervenciones realizadas por hombres, mientras que en las practicadas por mujeres las cifras bajan hasta el 0,5% y el 1,6%.

Teniendo en cuenta estos datos, Metges de Catalunya (MC) propone al Departamento de Salud estudiar también en Cataluña si existen diferencias en los efectos postoperatorios de los pacientes según el sexo de quien opera para, en caso afirmativo, poder investigar los motivos y buscarle soluciones.

Con el objetivo de disponer de unos resultados lo más minuciosos posibles, el sindicato médico pide que la muestra intente ser más equitativa que en el estudio canadiense, ya que la cantidad de intervenciones quirúrgicas analizada en este es muy desigual: 1.165.711 lideradas por cirujanos ante 151.054 realizadas por cirujanas.

Si bien es cierto que en el informe se estableció una comparación ajustada, en la cual se tuvieron en cuenta las características de cada paciente, el procedimiento seguido, la complejidad del caso y el profesional médico, entre otros factores, en caso de estudiarse en nuestro territorio también sería necesario comparar datos lo más equilibrados posibles y con cifras similares entre hombres y mujeres para poder extraer unas conclusiones coherentes y útiles.