Un reciente estudio publicado en la revista Science Direct ha puesto la alerta sobre un fenómeno que hoy en día sigue siendo tabú: el suicidio entre el colectivo médico. El trabajo, liderado por Maria Irigoyen, psiquiatra del Hospital Universitario Santa Maria de Lleida, concluye que el suicidio es más predominante en la población médica que en la general y tiene mayor incidencia en las médicas. Además, la investigación destaca que los suicidios cometidos por facultativos se producen a edades más tardías que en la población general, siendo más numerosos entre los 40 y 60 años, dos décadas más tarde que las estadísticas globales. Este hecho, sumado a la progresiva feminización de la profesión médica, hace prever un empeoramiento de la situación. Por este motivo, Metges de Catalunya (MC) pide que las administraciones sanitarias "no miren hacia otro lado" y afronten, "sin pudor", una problemática que, aunque tiene razones multifactoriales, es la consecuencia última de un malestar mental que afecta a más de la mitad de los médicos y médicas.
En este sentido, el sindicato apela al análisis de la prevalencia del síndrome de agotamiento profesional o burnout y la depresión entre el personal facultativo. Según el último baremo presentado el pasado febrero por Medscape, el 53% de los médicos se sienten agotados y el 23% deprimidos. Hace cinco años, el burnout afectaba al 42% de los profesionales y un 15% manifestaba síntomas de depresión. "El malestar laboral permanente invade la vida personal, las relaciones sociales y el estado general de salud y bienestar de los afectados", remarca MC. Así, cuando las angustias no se tratan con intervenciones efectivas "pueden provocar depresión, ansiedad y trastornos mentales que deriven en ideaciones suicidas”.
Para minimizar estas situaciones, la organización hace un doble llamamiento. Por un lado, se dirige a los propios profesionales para normalizar "sin miedo ni vergüenza" los estados emocionales de debilidad y vulnerabilidad. "Explicar que te sientes mal y pedir ayuda es el primer paso", afirma. Por otra parte, reclama a las administraciones y empresas sanitarias una actitud proclive al cuidado de quienes desempeñan el rol de cuidadores, porque “generar bienestar y confort también es una tarea de las direcciones”. Asimismo, añade, es necesario reforzar los protocolos de prevención y mejorar los mecanismos de intervención para reducir el riesgo de suicidio en los equipos sanitarios.
Formación
Con el objetivo de ayudar a los facultativos a prevenir, detectar y tratar este tipo de trastornos psicológicos, MC ha organizado un curso formativo sobre malestar y suicidio, que ofrecerá el próximo mes de junio, y que contará con expertos del ámbito psicológico y psiquiátrico especialistas en la gestión de las conductas suicidas.