MC reclama más plantilla médica también para hacer frente al incremento de casos de cáncer por el impacto de la COVID-19

Menos pruebas y menos diagnóstico de cáncer. Esta es la conclusión del informe Estudio de Impacto de la Pandemia por COVID-19 sobre la Prevención y el Control del Cáncer en el Sistema Nacional de Salud que el Ministerio de Sanidad ha presentado recientemente a las comunidades autónomas en el marco del Consejo Interterritorial. Esta reducción significativa tendrá, sin duda, repercusiones porque muchos de los pacientes serán diagnosticados con retraso y, potencialmente, podrán tener una evolución clínica más desfavorable.

Para Metges de Catalunya (MC), este efecto comportará un “aumento de la presión asistencial” en las consultas médicas y servicios especializados que recaerá sobre unas plantillas “muy raquíticas y agotadas”, después de más de una década de recortes y una pandemia. Es por eso por lo que el sindicato hace un llamamiento a la "responsabilidad" del Departament de Salut, para que habilite, de forma urgente, las medidas necesarias para "retener el talento médico y atraer a nuevos profesionales", con el objetivo de incrementar el número de facultativos y facultativas, y poder recuperar a corto plazo una "cierta normalidad" en la cobertura de los programas de cribado, diagnósticos y tratamientos del cáncer.

Según el informe, las pruebas diagnósticas realizadas para el cáncer de pulmón, mama, colon y las neoplasias hematológicas disminuyeron en 2020. En el primer caso, se realizaron 13.100 exploraciones menos respecto al 2019, lo que representa un 23% menos, y se dejaron de realizar un 15% de diagnósticos. Por lo que respecta al cáncer de mama, uno de cada 10 tumores no se detectó a tiempo. Los cribados en el cáncer colorrectal y las citologías para el cáncer de cérvix también se redujeron.

Uno de los indicadores más precisos para medir este impacto de la pandemia es el de las altas hospitalarias dadas a pacientes con un diagnóstico principal oncológico, que descendieron un 12%. Las sesiones de quimioterapia cayeron un 10% en los tres meses más duros de la pandemia y un 4% a lo largo de 2020. La actividad radioterápica también se recortó un 9%.